Por: Aleck Santamaría De La Cruz
Ejecutivo en Gestión, Estrategia y Operaciones- [email protected]
El último año, durante casi 10 meses, hemos enfrentado las medidas sucesivas para contener, mitigar y manejar la crisis de salud pública y económica derivadas del nuevo coronavirus, SARS-CoV-2, que como indiqué en este mismo espacio en abril de este año, han sido sobrecogedoras -desde el punto de vista humano- y abrumadoras -desde el punto de vista de los negocios-. Un escenario progresivo de cuidado personal, lavado de manos, precaución en el transporte público, medidas de trabajo en casa por parte de muchas compañías, restricciones de viajes aéreos, cierre de fronteras -primero marítimas y terrestres, luego aéreas-, un simulacro de confinamiento en algunas ciudades, la cuarentena obligatoria, la reapertura gradual, el monitoreo del comportamiento de contagios en ciudades y ahora la gestión de la vacunación, pareciera resumir la secuencia de situaciones que los gobiernos y el agregado empresarial debió manejar en cuestión de días, semanas o meses. Este 2020 fue intenso en Webinars y espacios virtuales, intentando generar calma y confianza en un año pleno de incertidumbres y complejo en desafíos.
El 2021 parece una transición, en el caso de Colombia, a lo que podría ser el nuevo normal. Aún en decantación. Aún por estructurar varias dimensiones de este nuevo contexto social y económico, dejando atrás un 2020 que pudiera ser un año para jamás olvidar, y al mismo tiempo para no querer recordar. Un 2020 que ha borrado en cuestión de meses los avances de décadas en materia social y económica, y que deberemos recuperar con ahínco y tenacidad.
Se ha requerido de un manejo humano, sensato, progresivo para mitigar los efectos, aún en curso y que en el más mínimo descuido colectivo puede arreciar en términos del resurgimiento de una ola de contagios que comprometa la capacidad del sistema de salud.
En época de balances, hay que volver también a lo fundamental. Cuando hablamos de Excelencia Operacional nos referimos al conjunto de prácticas y sistemas que permiten lograr resultados sobresalientes, obteniendo con ello un posicionamiento competitivo diferencial de empresas y sistemas productivos, que propician tanto la rentabilidad como la sostenibilidad. De manera intuitiva se reconoce la excelencia, cuando los procesos fluyen, no hay desperdicios, no hay problemas de garantía o calidad de cara a los clientes, cuando se logran las metas operacionales y financieras. Y de manera intuitiva también reconocemos cuando no hay excelencia operacional: cuando hay dificultades en la cadena logística, se generan cuellos de botella, contingencias operacionales, los sistemas de información presentan inconsistencias, la organización no aprende y repite una vez fallas de equipos o hay reprocesos. La Excelencia Operacional está atada a la Disciplina Operativa, al hacer bien a la primera, consistentemente y siempre lo que hemos planteado ejecutar. Pero también con un pie en la creatividad, en la flexibilidad y humildad para reconocer aquello que es susceptible de cambio: mantener un propósito permanente de mejora continua.
La diferencia entre no tener excelencia y sí tenerla pasa por el liderazgo, que promueve y hace seguimiento, que desarrolla un ambiente de aprendizaje organizacional; por los sistemas de gestión, que certificados o no bajo alguna norma, promueven el mejoramiento continuo, el desarrollo de habilidades organizacionales para estandarizar procesos y ejecutarlos con disciplina; el aprender de las fallas a partir de análisis de causa raíz, tanto en los procesos operacionales como en los procesos productivos; el gestionar los sistemas de información para tomar decisiones estructuradas a partir de datos confiables; el gestionar los aspectos financieros balanceando el corto plazo con el mediano y largo plazo. La preocupación para la pequeña y mediana empresa en Colombia, generadora de la mayor parte del empleo del país, ha estado más en la supervivencia -en el flujo de caja-, pero la competitividad no se puede dejar de lado.
¿Por qué hacer referencia a la Excelencia Operacional y la Disciplina Operativa para el 2021? Porque se requerirá poner todas las capacidades de liderazgo, organizacionales y del talento humano para hacerlo muy bien, como personas, familias, empresas y estados. Es una oportunidad de revisar al interior de nuestra consciencia y de las organizaciones qué es lo realmente importante. Desde lo empresarial, también implica evaluar dónde se requieren esfuerzos y medidas adicionales para liberar recursos de equipos o sistemas problemáticos, revisar la cadena de abastecimiento para liberar inventarios de partes, suministros o materias primas -que en últimas compromete capital de trabajo-, revisar la estructura de costos logísticos, reorientar procesos productivos en productos innovadores y al mismo tiempo privilegiar aquellos productos o servicios de mayor valor agregado o margen de contribución.
En la generalidad del tejido empresarial del país, hay grandes retos en la confiabilidad, seguridad industrial y competitividad para lograr operaciones de excelencia. La diferencia estará -como he indicado en varios espacios- en el liderazgo empresarial y personal, el primero orientando los esfuerzos del sistema productivo, con serenidad y decisión, sin improvisación y generando confianza a todas las partes interesadas -desde bancos, empleados, accionistas y clientes-; en el segundo, definitivamente más importante, orientando a los seres queridos sobre cómo llevar estas circunstancias, extremas y ajenas por demás, pero que con serenidad y calma es posible superar. Y orientar hasta la saciedad que con el esfuerzo y disciplina individual respetaremos la salud colectiva.
Para terminar, no puedo dejar de dedicar unas palabras a los familiares y amigos que han enfrentado grandes desafíos desde lo personal y empresarial en este 2020, a aquellos que han encarado el Covid, algunos de ellos aún en medio de tratamiento, y a los que han perdido la batalla. Un mensaje solidario para todos, para sus familias. Vendrán mejores tiempos. Hay que ver el año 2021 con esperanza, que no sea esto también lo que se lleve el Covid en este año que termina. Al contrario: El 2021 lo enfrentaremos con los aprendizajes, experiencias y capacidades que desarrollamos en el 2020.
*Adaptado y actualizado de La excelencia operacional en tiempos de crisis, publicado en abril de 2020