Según la organización B Lab, existen más de 5,000 empresas B en el mundo, presentes en 70 países, que redefinen el éxito empresarial al priorizar el bienestar social y ambiental junto con la rentabilidad económica.
La sostenibilidad se ha convertido en un eje transversal de las organizaciones en cualquier lugar del mundo, pues ya no basta con tener un buen producto o servicio; ahora es fundamental ser un ejemplo de impacto positivo. Sin embargo, esa gestión de triple impacto ambiental, social y de gobernanza (ESG) en las compañías supone procesos de transformación, asimilación, decisión y gestión, además de algún tipo de certificado que demuestre este trabajo que llevan adelante.
Dentro de este contexto, las certificaciones como Empresas BIC (Beneficio e Interés Colectivo) o B Corp son cruciales para garantizar que las organizaciones cumplen con altos estándares de sostenibilidad, pues ambas promueven prácticas empresariales que generan beneficios sociales, ambientales y económicos.
Si bien ambas comparten un objetivo común, existen diferencias significativas en su implementación y supervisión. Guillermo Pattigno, cofundador y CEO de ACD Consultores, una organización sin ánimo de lucro con sede en Cartagena y más de 15 años de experiencia en el desarrollo de proyectos con comunidades, explica que aunque las Empresas B o (B Corporations) y las Empresas BIC (Beneficio e Interés Colectivo) comparten la misión de equilibrar el éxito financiero con un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente, sus procesos de certificación, regulaciones y ámbitos de aplicación son diferentes.
“Por un lado, las Empresas B tienen un alcance y reconocimiento internacional proporcionado por B Lab, mientras que las Empresas BIC están específicamente reguladas y supervisadas dentro del contexto colombiano, según la Ley 1901 de 2018”, explica el directivo, quien agrega que ambas generan beneficios al entorno de su operación en el país, “incluyendo impacto en reputación, acceso a mercados y financiamiento, atracción de talento, innovación, y posibles beneficios fiscales y apoyo gubernamental”.
“En ACD estamos convencidos de que las empresas pueden ser una fuerza para el bien en el mundo — destaca Pattigno —. Por eso, nos comprometemos a ayudar a las empresas a adoptar modelos de negocio sostenibles que generen un impacto positivo en el planeta y en la sociedad, aunque no somos una entidad con ánimo de Lucro (requisito indispensable para obtener la certificación tanto B como BIC), promovemos en nuestra área de Desarrollo Económico e Innovación, que empresas en etapa de escalamiento, involucren la visión de triple impacto en su operación y apoyamos su madurez para que en el mediano plazo se certifiquen como sociedades BIC o empresas certificadas como B”.
Cabe señalar que según la organización B Lab, existen más de 5,000 empresas B en el mundo, presentes en 70 países. Además, uno de sus estudios realizados encontró que las empresas B crecen a un ritmo dos veces mayor que el promedio de las compañías tradicionales y son más resilientes en tiempos de crisis.
Por su parte, Colombia ya cuenta con más de 1.500 empresas BIC, es decir, organizaciones que voluntariamente se proponen combinar su actividad con acciones concretas para propender por el bienestar de sus trabajadores, aportar a la equidad social del país y contribuir a la protección del medio ambiente.
Con el objetivo de que las empresas conozcan cuáles son los beneficios que generan este tipo de empresas, el CEO de ACD Consultores, señala cinco ventajas que adquieren las organizaciones con este tipo de certificados:
- Reputación y Credibilidad: Obtener una certificación como Empresa B o Empresa BIC aumenta la reputación y credibilidad de la empresa ante consumidores, inversionistas y la comunidad.
- Acceso a Mercados y Oportunidades de Financiamiento: Las empresas certificadas suelen tener mayor acceso a mercados y oportunidades de financiamiento, ya que muchos inversionistas y clientes prefieren trabajar con empresas que tienen un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente.
- Atracción y Retención de Talento: Las empresas con certificaciones de triple impacto atraen y retienen mejor talento, especialmente entre los profesionales jóvenes que valoran trabajar en organizaciones con propósito y que generan un impacto positivo.
- Innovación y Mejora Continua: La necesidad de cumplir con estándares rigurosos impulsa a las empresas a innovar y mejorar continuamente sus prácticas operativas, lo que puede resultar en mayor eficiencia y sostenibilidad a largo plazo.
- Beneficios Fiscales y Apoyo Gubernamental: En Colombia, las Empresas BIC pueden acceder a ciertos beneficios fiscales y programas de apoyo del gobierno, lo que puede traducirse en incentivos económicos y facilidades para el crecimiento y desarrollo empresarial.
ACD se ha destacado en la industria como un multiplicador de empresas con este tipo de enfoque estratégico, gracias al desarrollo de proyectos sostenibles que tienen como fin que cada iniciativa tenga un impacto positivo significativo. Además, proporcionan asesoría especializada para guiar a las empresas en su camino hacia la certificación como Empresas B o BIC, utilizando herramientas y conocimientos avanzados en gestión sostenible, toda vez que su Líder está certificado como Multiplicador B.
Tan solo el año pasado, gestionaron activamente 93 proyectos en colaboración con ocho aliados estratégicos, extendiendo su influencia a 20 departamentos y 77 municipios, e involucrando a más de 300 comunidades. Y, lo más relevante de este trabajo es que involucran activamente a las comunidades locales y que le permite a las empresas tener un informe de las acciones que llevaron adelante en los territorios, permitiéndoles que sea más fácil el poder presentarse ante cualquier organización.