Los arroceros del país dan un parte de tranquilidad porque las existencias de arroz suman aproximadamente 940.000 toneladas.
La Asociación Colombiana de Semillas y Biotecnología -Acosemillas entrega al país un parte de tranquilidad sobre las existencias de arroz para el consumo de los colombianos pues los productores cuentan con suficiente grano almacenado para el primer semestre de 2024.
En efecto, Colombia enfrenta una situación peculiar, ya que a pesar de las condiciones climáticas adversas, el país inició el año con un considerable stock de arroz con cáscara en las bodegas de almacenamiento. Se estima que estas existencias alcanzan aproximadamente las 940.000 toneladas, lo que representa un colchón significativo para enfrentar los desafíos climáticos actuales.
Para Leonardo Ariza Ramírez, gerente general de Acosemillas, estas reservas, combinadas con las cosechas planificadas para los meses de enero a abril, son suficientes para mantener un suministro normalizado de arroz en el país durante el primer semestre del año. “Esto ofrece cierto alivio ante la incertidumbre climática, permitiendo que la oferta de arroz no se vea gravemente afectada a corto plazo”, comenta el dirigente gremial.
Siembras a la espera
Sin embargo, a pesar de que los agricultores colombianos han preparado diligentemente sus campos para la siembra de arroz, la falta de lluvias se ha convertido en un desafío crucial para la actividad agrícola en el país.
Así lo corrobora, Andrés Gutiérrez, coordinador de Investigación y Desarrollo de la Organización Pajonales al asegurar que “el fenómeno del Niño si ha afectado las siembras porque a pesar de que ya muchos estamos listos en los campos, seguimos a la espera de la lluvias para poder sembrar”.
Para Eduardo Villota, gerente general de la empresa Semillano, “el muy anunciado fenómeno del Niño inquietó desde un principio a los cultivadores de arroz quienes anticipaban menos volúmenes de agua disponible para este ciclo de siembra.”
A pesar de que muchas áreas de cultivo tienen riego, el volumen de los afluentes que les brindan agua, potencialmente estarían afectados.
Mejores semillas, menos agua
Villota dijo además que “pudimos notar unos cuidados o costos extras en garantizar el agua suficiente en el cultivo pero no una disminución significativa del área sembrada de arroz para este primer semestre de 2024. Desde nuestro negocio sabemos que los nuevos materiales de semilla están mejor preparados para altas temperaturas”.
Y ese ha sido uno de los derroteros desde las empresas productoras de semillas, y es la apuesta por la biotecnología e investigación, con el desarrollo de nuevas variedades para poder sembrar arroz que no necesite mayores cantidades de agua.
Ariza Ramírez de Acosemillas plantea a su vez que “en su proceso de producción, el cultivo del arroz es uno de los más afectados por este fenómeno, pues depende mucho del agua y de nivelar su estrés hídrico, pero con semillas mejoradas, las siembras no se verían afectadas por los fenómenos climáticos”.
Eduardo Villota, de Semillano, anotó además que “en cuanto a la cosecha tendremos un impacto pues el cultivo ha tenido sobre costos por la falta de agua, tanto en aquellas zonas con riego, donde el flujo de agua se afectó o en secano, por la falta de lluvias”.
Otro factor que puede influir en las cosechas son las plagas que se han multiplicado, aumentando la necesidad de controles. Eduardo Villota conoce de casos donde el grano se ha visto afectado por lo que se tendrán posibles mermas en la productividad.
“Nuestro estimado que tanto en esfuerzos por garantizar el agua y controles por coyuntura de falta de agua pueden haber generado incrementos en costos entre un 8 y 12%. El agricultor ha trabajado duro por garantizar que el fenómeno del Niño no afecte tanto su cultivo”, destaca Villota.
Un informe sobre las afectaciones del fenómeno de El Niño en la producción nacional, realizado por Investigaciones Económicas de Corficolombiana, destacó que los cultivos más afectados por El Niño son arroz, plátano, caña de azúcar, yuca y papa.
Según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), el fenómeno de El Niño se podría extender durante el primer cuatrimestre del año. Es decir, el reporte asegura que “marzo es un mes de transición entre la temporada de calor y la primera de precipitaciones del año, que generalmente ocurre entre abril y mayo. En este tiempo, pronostican un aumento en los volúmenes de precipitación en la región Andina, en comparación con enero y febrero”.
La situación actual subraya la vulnerabilidad de la agricultura frente a los cambios climáticos y la importancia de estrategias de gestión de riesgos para garantizar la seguridad alimentaria en el país, porque ya se menciona que el Fenómeno de la Niña está también por entrar lo que empieza a preocupar a los productores del agro, que se verían afectados en el segundo semestre con las fuertes lluvias