Según un estudio de la consultora Kroll, entre el 2021 y el 2023, el 78 % de las organizaciones en el país abrieron procesos de investigación por casos de fraude, soborno, lavado de activos y evasión de impuestos.
Colombia se consolida como el tercer país de Latinoamérica con mayor corrupción empresarial, según lo revela el más reciente informe Global de Fraude y Riesgo elaborado por la consultora Kroll.
De acuerdo con el reporte, 7 de cada 10 compañías en los últimos tres años han abierto investigaciones internas por conductas relacionadas con fraude, soborno, lavado de activos, entre otros tipos de trampa a la ley.
Asimismo, según las cifras oficiales más recientes de Transparencia por Colombia, estos hechos crecieron un 15 % en el primer semestre del año frente al mismo periodo de 2023. Las organizaciones de los sectores de transporte, ocio y turismo, entidades financieras y telecomunicaciones fueron las más comprometidas por estas malas prácticas.
Los casos de corrupción más frecuentes en las empresas grandes se relacionan con el pago para agilizar trámites, la manipulación en materia de contratación – tanto pública como privada -, y las donaciones políticas; mientras que en las Pymes y los emprendimientos se presentan más hechos asociados con la evasión de impuestos y fraudes internos.
Ante este preocupante panorama, las compañías han comenzado a endurecer sus controles financieros y sus departamentos comerciales y de compras están siendo más estrictos en las negociaciones con terceros, en especial con proveedores, aliados estratégicos y clientes. Sin embargo, aún preocupan algunos vacíos que favorecen la presencia de diferentes conductas de corrupción que amenazan su operación y reputación.
Ocho pasos para crear un Programa de Anticorrupción Empresarial
Este se compone de un conjunto de políticas y procedimientos que abordan no solamente los riesgos de corrupción y soborno, sino también las conductas contrarias a la ética y a la transparencia que se pueden presentar al interior de una organización, de conformidad con su actividad económica, utilidades y equipo de trabajo, entre otros factores.
De acuerdo con Angelica Cañas, coordinadora de Cumplimiento de Tusdatos.co, – startup especializada en la validación integral de antecedentes e identidad de empresas y personas para garantizar seguridad y confianza en las relaciones comerciales- las empresas pueden crear este programa, siguiendo las siguientes recomendaciones, paso a paso:
- Antes de iniciar el proceso, identifique los valores y principios corporativos de la compañía, no solamente en el desarrollo de su actividad, sino en las relaciones que mantiene con sus contrapartes o terceros. “Esto le permitirá tener un primer panorama respecto al marco general a implementar al interior de la empresa, en materia de ética y transparencia”, dice Cañas.
- Evalúe los riesgos de corrupción que atenten contra la ética empresarial, y que se podrían llegar a materializar en el desarrollo de la operación económica y la cadena de valor de la organización.
- Defina procedimientos relacionados con las donaciones, contribuciones políticas, conflictos de interés, regalos e invitaciones a terceros y establezca los lineamientos que se deben tener en cuenta para mantener vínculos comerciales transparentes y éticos de manera clara y sencilla.
- Asegúrese que el Programa de Anticorrupción esté en línea con las disposiciones normativas de nivel nacional, “o incluso elabore este documento teniendo en cuenta los mejores estándares a nivel global en materia de prevención de la corrupción, como es el caso de la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA)”, explica Cañas.
- Determine las áreas y los cargos que tendrán funciones directamente relacionadas con la operatividad del programa, pues su eficiencia y eficacia al interior de la compañía no dependerá únicamente de quien se designe para tal labor, sino de un trabajo mancomunado de personas, incluidos los directivos de la empresa.
- Recuerde que el cumplimiento de las políticas debe ser transversal a todas las contrapartes y terceros de interés de la compañía, y debe ser divulgado por lo menos una vez cada año, o cuando el mismo se modifique.
- Defina el alcance y el marco sancionatorio que se establecerá en el programa. “Tenga presente que las sanciones se constituyen en verdaderas fuentes de control para quienes intenten actuar en contravía de la ética y la transparencia empresarial”, agrega.
- Finalmente, fortalezca la efectividad del programa, entréguele autonomía e invierta los recursos que sean necesarios para que sea realmente operativo y funcional.
En cuanto a sus principales características, Cañas menciona que este documento debe ser “consistente y coherente con todas las leyes actuales en materia de corrupción, adaptable a los requerimientos específicos de cada compañía, participativo con todas las personas y áreas de la empresa, de fácil acceso y comprensión, y de ayuda para la promoción de una cultura institucional basada en la confianza. Por último, no se debe quedar en los anaqueles de las empresas, sino que debe ponerse en práctica”.