Flavio Gaspar, CPO de Cobis Topaz, ha sido parte de la evolución de los PIX en Brasil, modelo que adoptó Colombia para pagos inmediatos. Los aprendizajes de este proceso pueden ser vitales para el Pre-B de Colombia.
Solo diez segundos tarda un pago inmediato en Brasil, en un modelo que es gratuito, disponible las 24 horas, los siete días de la semana, y que ha sido clave para la bancarización de la población, que antes de los PIX, por lo menos un 40% no tenía ninguna relación con el sistema financiero. Las lecciones aprendidas en este país suramericano, son un punto a favor para que Colombia implemente los Pre-B, en un modelo que, según Flavio Gaspar, CPO de Cobis Topaz, quien fuera asesor del Banco Central de Brasil en este proceso, considera que va evolucionando, y que tiene nuevos avances como la llave ID.
¿Cómo nacieron los PIX en Brasil?
Rta. / Creo que se dio una coyuntura especial de este sistema de pagos inmediatos, que hoy es modelo no solo para Colombia, sino también a nivel global para países como Australia, África o Nigeria. Y es que durante la pandemia, las personas se volcaron hacia el consumo de internet y redes sociales que era el mundo paralelo que podían vivir, frente al confinamiento.
Bajo ese escenario, en 2020, nació el sistema PIX en Brasil, donde la gente inició a probarlo, como lo estaba haciendo con otras cosas, mientras estaban confinados en sus casas. Así, descubrieron que era un proceso simple, conveniente y de 7 x 24, en un mundo donde todo iba avanzando hacia lo digital. Además, el Gobierno brasilero entregaba un baucher para quienes no tenían empleo, que se recibía en una cuenta digital. Así, las personas que incluso nunca tuvieron una cuenta bancaria, ahora contaban con una digital y empezaron a sacar de allí para pagar con PIX todo, y explotó el mercado. Claro, que, además, los bancos hicieron mucha publicidad del sistema para impulsarlo, y todo contribuyó a que se diera una rápida expansión.
¿Cuáles han sido los aciertos del sistema PIX?
Rta/ Creo que su éxito está basado en que es un producto financiero gratuito, con transacciones que toman menos de diez segundos, pero, además, que ha dado la oportunidad de que muchas personas entren al sistema financiero. Aunque otros productos como tarjetas débito o crédito tienen costos, los bancos entendieron que el sistema PIX ofrecía la posibilidad de llegar a nuevos clientes no bancarizados, sin cobrar nada, pero abriendo la oportunidad de venderles a quienes entraban al sistema otros productos, compensando así los costos operativos.
Cuando hoy nuestro acceso a plataformas como Netflix, o a las redes sociales es las 24 horas, los siete días de la semana, no se concebía un sistema de pagos que no tuviera la misma característica, y eso, cambió la vida y las oportunidades de personas y comerciantes.
Manejando todo bajo PIX, también se redujo el efectivo en la calle, limitando positivamente los robos, sobre todo bajo una problemática que vivimos en Latinoamérica y es la inseguridad. Eso significó proteger a la gente, y estudios preliminares se están realizando para demostrar como estas monedas digitales y transacciones tienen una incidencia directa en el PIB de los países, mejorando así, la economía.
Y otro tema importantísimo en el tema de PIX, es la eficiencia en costos. Al conectarse directamente todas las entidades bancarias, se bajaron los costos de intermediarios, que era fundamental para hacerlo viable.
¿Sigue evolucionando PIX?
Rta/Claro que sí. No solo en Brasil, sino que cada país que lo adopta como modelo, lo adapta a su realidad y va introduciendo nuevas formas que son evolución. El caso colombiano es evidente. Un tema positivo es la introducción por ejemplo de la llave ID, que va a ser clave para el comercio y la seguridad de las transacciones.
Para el caso de Brasil, la evolución sigue en marcha. Hoy se está trabajando en el PIX automático que permite programar pagos que son frecuentes para las personas, como los de salud, o el celular, sin tener que hacer ninguna acción.
¿Cómo funciona el tema de la seguridad en estos pagos inmediatos?
Rta/ La verdad, la ciberseguridad es un tema de gran importancia y crítico en todo el mundo, no solo para el caso de los pagos inmediatos. De hecho, tanto la Inteligencia Artificial (IA), como la ciberseguridad, son dos temas de primer nivel para la banca hoy día. El sistema de pagos inmediatos es súper seguro y cuenta con criptografía de última generación de punta a punta, entonces los datos están protegidos.
Y claro, que ahora el riesgo cibernético es el mismo para cualquier compañía en todas las industrias, porque estamos expuestos a los hackers o los estafadores, que están siempre buscando oportunidades para invadir las redes. Lo positivo allí es que el sector bancario es uno de los más seguros del mundo, un aspecto clave, cuando el 80% de las transacciones se hacen en el mundo digital.
¿Cuáles son los retos que se tienen en la implementación del Pre-B en Colombia?
Rta/ Creo que los retos son particulares en cada país. En Argentina ya se ha implementado el tema de pagos inmediatos, pero no ha sido tan exitoso, porque está muy concentrado en pocos bancos y una baja utilización. Allí, con Cobis Topaz, estamos trabajando por ampliar eso. Para el caso de México, hay un reto de interoperabilidad 24 x 7, porque hay billeteras que dominan el mercado y, en Colombia, el reto creo es buscar la interoperabilidad.
Me parece que el Banco de la República y toda la banca acá deberían invertir tiempo y esfuerzo en crear y ampliar los comités y las discusiones, no solo entre bancos, pero también con la sociedad civil y las empresas de tecnología, que pueden participar, apoyar y traer ejemplos valiosos para su puesta en marcha, buscando crear un sistema interoperable. Ahora desde Cobis Topaz estamos ahí apoyando al Banco de la República para que eso pase.
Además, es importante que los bancos entiendan que los pagos inmediatos abren una ventana inmensa a la inclusión financiera, y con ello, la posibilidad de ofrecerles nuevos productos y servicios, a los nuevos del sistema, lo que compensaría los costos cero. El objetivo será siempre poner al cliente en el centro de la estrategia.