La evolución del mundo empresarial, que adquiere nuevas velocidades con la introducción de las nuevas tecnologías como la IA Generativa, exige por parte de los líderes un esfuerzo transformador de magnitudes similares. El aumento en la velocidad de los procesos empresariales, donde contamos en días el proceso desde la ideación hasta tener un producto rentable en el mercado, genera una presión sobre los líderes responsables de orientar, guiar y dar ejemplo, en un mundo en constante movimiento.
Esta presión por la rapidez se combina con unos cambios generacionales que impactan el mundo laboral y que llevan a repensar la forma de liderar para llevar a las organizaciones hacia el logro de sus propósitos.
El liderazgo tradicional, caracterizado por una estructura jerárquica rígida y decisiones unilaterales, no es suficiente para enfrentar los desafíos actuales. Los líderes están luchando por mantener la motivación y el compromiso de sus equipos, mientras que ellos mismos también enfrentan un agotamiento significativo. Líderes y trabajadores, especialmente de la Generación Z, están experimentando niveles preocupantes de burnout. Muchos líderes están atrapados en métodos y enfoques antiguos, incapaces de responder adecuadamente a los rápidos cambios en el entorno laboral. El agotamiento, tanto de líderes como de empleados, es un problema creciente que amenaza la eficacia y el rendimiento de las organizaciones. Por ello, es fundamental reevaluar y rediseñar las prácticas de liderazgo para asegurar que sean sostenibles a largo plazo.
El liderazgo, tal como lo conocemos, se enfrenta a una crisis de sostenibilidad. Diversos estudios y artículos recientes, como los publicados por Harvard Business Review, han señalado que muchos líderes y colaboradores están experimentando altos niveles de agotamiento. En un entorno laboral cada vez más exigente, este agotamiento no solo afecta la salud y el bienestar de los individuos, sino que también impacta negativamente en la productividad y la innovación de las organizaciones.
Los líderes de hoy deben ser visionarios, inclusivos y capaces de adaptarse rápidamente a los cambios. Además, deben fomentar un entorno laboral saludable que promueva la colaboración, la innovación y el bienestar de todos los miembros del equipo. Para esto, los líderes deben desarrollar una habilidad crucial: la anticipación. Esto implica actuar sabiamente en el presente con la intención consciente de moldear un futuro deseable. El liderazgo con anticipación no se trata solo de prever lo que está por venir, sino de prepararse activamente para diversos escenarios futuros y sus implicaciones. Este enfoque requiere aprender a anticipar cambios y a adaptarse rápidamente. Esto significa estar abiertos a nuevas ideas y enfoques, y estar dispuestos a cambiar de rumbo cuando sea necesario. En lugar de reaccionar a las crisis, los líderes con anticipación toman medidas proactivas para mitigar riesgos y aprovechar oportunidades futuras.
Los nuevos enfoques de liderazgo, centrados en líderes visionarios y adaptativos, pueden transformar a los equipos ordinarios en equipos de clase mundial.
El líder que anticipa es aquel que:
- Desafía el status-quo: cuestiona constantemente las suposiciones y prácticas establecidas. No se conforma con «lo de siempre», sino que busca activamente formas de mejorar y evolucionar. Este tipo de liderazgo fomenta una cultura de innovación y mejora continua dentro de la organización.
- Abraza la curiosidad y las perspectivas múltiples: el equilibrio entre desafiar los supuestos actuales y respetar las lecciones del pasado es crucial. Un líder con previsión valora la experiencia y el conocimiento acumulado, pero también está dispuesto a cambiar y adaptarse cuando es necesario.
- Reconoce el valor del cambio: el cambio a menudo viene acompañado de incomodidad. Los líderes con anticipación reconocen que la incomodidad es un catalizador para el crecimiento y la innovación. En lugar de evitarla, la abrazan y la utilizan como una oportunidad para mejorar y evolucionar.
- Articula una visión positiva: un líder con anticipación tiene la capacidad de imaginar futuros positivos y trabajar hacia ellos. Inspira a su equipo con una visión clara y positiva del futuro, y toma medidas concretas para alcanzarla. Articulando esta visión, el líder puede alinear a todos los miembros del equipo hacia un objetivo común.
- Modela el liderazgo valiente e innovador: actúa como un ejemplo a seguir, demostrando coraje, innovación y creatividad en su liderazgo. Muestran a su equipo que es posible superar desafíos y lograr grandes cosas. Al liderar con el ejemplo, inspiran a otros a seguir su camino y a desarrollar sus propias habilidades de previsión.
La transición hacia este tipo de liderazgo no es fácil, pero es esencial para enfrentar los desafíos actuales y futuros en el entorno empresarial. Los líderes que desarrollen estas habilidades no solo estarán mejor preparados para guiar a sus equipos a través de la incertidumbre, sino que también podrán crear un impacto positivo y duradero en sus organizaciones y más allá. Al adoptar un enfoque de anticipación, los líderes pueden no sólo sobrevivir a los desafíos actuales, sino también prosperar y llevar a sus organizaciones hacia un futuro más exitoso y sostenible. Este nuevo liderazgo con anticipación se convierte en una necesidad imperativa en el mundo actual. Los líderes actuales y futuros deben comprometerse a desarrollar estas habilidades.
Por esto, es importante para los líderes de hoy:
- Reflexionar sobre sus prácticas actuales y estar dispuestos a desafiar sus propias suposiciones
- Buscar constantemente nuevas perspectivas y aprender de diferentes disciplinas
- Adoptar una actitud proactiva y positiva hacia el futuro, inspirando a sus equipos con una visión clara y motivadora.
- Invertir en su desarrollo personal y profesional a través de la educación permanente y el aprendizaje experiencial.
El camino hacia la construcción de equipos de alto rendimiento comienza con la transformación del liderazgo. Al adoptar estos nuevos enfoques, podemos asegurar un futuro más resiliente para nuestras organizaciones y para la sociedad en general.
Por Juan Pablo Soto Z, Vicedecano de Relaciones Corporativas
Facultad de Administración – Universidad de los Andes