El inicio del año escolar trae consigo expectativas y desafíos para las familias colombianas. Una de las principales preocupaciones es la seguridad de los estudiantes durante su jornada académica. Contar con un seguro escolar se ha convertido en una medida fundamental para garantizar el bienestar de los niños y la tranquilidad de los padres.
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en 2023, más de 7 millones de niños estuvieron matriculados en 53.000 sedes educativas en el país. De estos, un 40% sufrió accidentes escolares, principalmente a causa de caídas, golpes y fracturas.
Diana Fino, fundadora y gerente de DMF Medics, señala: “El regreso a clases es un momento de mucha emoción, pero también de incertidumbre. Los niños están expuestos a accidentes tanto en el colegio como en el hogar, especialmente cuando los padres tienen largas jornadas laborales. Contar con un seguro permite manejar estas situaciones de manera oportuna, asegurando que las familias puedan enfocarse en el desarrollo y aprendizaje de sus hijos sin mayores preocupaciones”.
Los seguros escolares ofrecen coberturas que van más allá de la atención médica inmediata. Algunas pólizas incluyen beneficios adicionales, como apoyo psicológico para abordar problemas relacionados con el estrés académico o el bullying, y orientación educativa para los padres, nutrición, control pediátrico, traslado asistido en ambulancia y médico domiciliario a nivel nacional de manera ilimitada y sin copagos. Estas herramientas no sólo resuelven problemas, sino que crean un entorno más seguro y favorable para el desarrollo integral del niño.
El costo de un seguro escolar varía según la aseguradora y las coberturas seleccionadas. Por ejemplo, algunas pólizas pueden ofrecer pagos mensuales que inician en los $100.000, dependiendo de factores como la cobertura seleccionada, los ingresos proyectados y la duración de la póliza.
“Con nosotros, el costo promedio de una póliza para un niño en etapa escolar puede variar entre $22.000 y $40.000 mensuales, dependiendo si la institución educativa cuenta con convenio con nosotros. Las familias pueden elegir un plan que mejor se adapte a sus necesidades y presupuesto”, añade Fino.
Es fundamental que las familias conozcan las limitaciones y exclusiones de las pólizas, como enfermedades preexistentes o actividades de alto riesgo, para tomar una decisión informada.
Familias y colegios, papel clave en las pólizas escolares
Diana Fino también destaca el papel clave de las instituciones educativas en la promoción de estas pólizas: “Muchos colegios exigen que los estudiantes estén asegurados, lo que asegura una respuesta rápida ante cualquier eventualidad y reduce la preocupación de los padres cuando están en sus trabajos”.
Un ejemplo reciente evidencia la efectividad de estos seguros. Un estudiante sufrió una fractura durante el recreo. Gracias a la póliza, se activó el triage telefónico y se gestionó de inmediato el traslado a una clínica cercana, evitando complicaciones y garantizando una rápida recuperación.
Para concluir, Fino subraya la importancia de educar a las familias sobre la planificación de riesgos: “Más allá de la protección inmediata, los seguros escolares son una inversión en la tranquilidad de los padres y en la seguridad de los estudiantes. Nuestro rol como aseguradoras es acompañarlos en este proceso y ayudarlos a tomar decisiones informadas”.
Con estas herramientas, las familias colombianas pueden afrontar el inicio del año escolar con la tranquilidad de saber que sus hijos están protegidos frente a cualquier eventualidad.