La sostenibilidad se sirve en copa: este es el vino que está comprometido con la reducción del CO2 en Colombia y le apuesta al empleo local.
La relación comercial entre Colombia y Chile sigue fortaleciéndose cada día más, demostrando el potencial que el país cafetero tiene en el sector empresarial, dado que según la Cámara de Comercio Colombo-Chilena, actualmente hay más de 200 empresas chilenas establecidas en el país, y el stock total de inversión supera los US $20.000 millones.
Bajo este importante contexto es que nació la idea de RIVAS una compañía que desea seguir fortaleciendo los lazos entre Chile y Colombia a través de un producto que refleja la identidad chilena como es el vino. Impulsada por emprendedores con raíces en ambos países, esta iniciativa busca acercar al consumidor colombiano a una experiencia auténtica, de alta calidad y accesible, adaptada al contexto local.
La propuesta tomó forma con la llegada de Viña Santa Irene, una bodega familiar con décadas de historia en el Valle Central de Chile, que combina herencia, innovación y cuidado en cada una de sus creaciones. La operación en Colombia ha permitido crear empleo directo e indirecto, involucrando a bodegas de almacenamiento, transportistas, diseñadores, agencias y profesionales locales. A medida que el proyecto crece no solo apuesta por lo económico sino también en la sostenibilidad.
Y es que el país tiene una meta muy clara en la reducción del CO2, dado que en el marco del Acuerdo de París, Colombia se comprometió a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 51 % para 2030, con una meta de carbono neutralidad estimada hacia 2050. Además, programas como Visión Circular ANDI que logró recuperar más de 214.000 toneladas de envases y empaques reciclados en 2024, de las cuales el 12,6 % correspondió a vidrio, es decir 27.000 toneladas, demuestran el compromiso que tiene el país por ser más sostenible.
“Desde la compañía, queremos seguir contribuyendo en la reducción de la huella de carbono en Colombia. Es por eso que planificamos las importaciones por volumen para reducir el CO2, empleamos empaques reciclables y apostamos por una cadena de distribución corta y eficiente. Así mismo, la empresa está en proceso de establecer alianzas con iniciativas verdes locales para compensar parte de su impacto ambiental y fortalecer una cadena de valor más sostenible. La meta es clara: construir un modelo de negocio que no solo conecte países, sino que también respete los límites del planeta”, comentó Gustavo Vera Novoa, CEO de Rivas.
Además, según Wines of Chile, el 80 % de las exportaciones de vino del país provienen de viñas certificadas bajo el Código de Sustentabilidad del Vino Chileno, una iniciativa pionera en América Latina que impulsa prácticas responsables en toda la cadena productiva. Este estándar integra criterios ambientales, sociales y económicos, promoviendo el uso eficiente de recursos, la protección del entorno y el bienestar de las comunidades.
Por último, Vera menciona que se han planteado una hoja de ruta ambiciosa y coherente. A corto plazo, el objetivo es consolidar su presencia en Bogotá y otras capitales del país mediante venta directa y alianzas estratégicas con distribuidores locales. A mediano plazo, proyectan ingresar en cadenas, restaurantes y plataformas de e-commerce, manteniendo siempre una relación cercana con sus consumidores y a largo plazo, RIVAS aspira a posicionarse como una marca referente de vino chileno en Colombia, con la visión de diversificar su portafolio hacia otras categorías de bebidas con valor agregado.