El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) reveló hoy que el Producto Interno Bruto (PIB) de Colombia creció un 3,6 % en el tercer trimestre de 2025. Aunque el resultado supera las expectativas del mercado, la cifra total es el promedio de una economía que avanza a dos velocidades, donde el dinamismo se concentra en el gasto público, mientras que sectores clave se estancan.
Dentro del informe entregado por el DANE, vale la pena detallar cinco puntos que ponen en perspectiva el dato de crecimiento.
1. Gasto público, el motor indiscutible del crecimiento
El sector de administración pública, defensa, educación y salud fue el gran impulsor del resultado. Esta actividad creció un impresionante 8,0 %, más del doble que el PIB general, y fue la que más contribuyó al crecimiento total, aportando 1,3 puntos porcentuales a la variación anual del 3,6 %. En esencia, el crecimiento está fuertemente apalancado por el gasto del Estado.
¿Sostenible? No parece con un déficit fiscal que puede terminar el año en el 8 % del PIB.
2. La minería cae, la pesca se dispara
La salud sectorial del país es un campo de contrastes. El sector de explotación de minas y canteras se contrajo un preocupante -5,7 %, y la construcción cayó un -1,5 %. Sin embargo, dentro del sector agropecuario, surgieron campeones inesperados: la pesca y acuicultura lideró con un explosivo crecimiento del 16,4 %, seguida por el cultivo permanente de café, que registró un repunte significativo del 9,8 %, gracias al buen comportamiento internacional del grano durante buena parte del año.
3. Construcción dividida
La caída del sector de la construcción esconde una brecha abismal en la asignación de capital. Mientras la construcción de carreteras y obras civiles creció fuertemente un 13,1 % (reflejando la inversión pública en infraestructura), la construcción de edificaciones (vivienda y oficinas) se desplomó un -8,3 %, señalando la parálisis en la inversión privada.
4. Importaciones cinco veces mayores a exportaciones
El panorama de la demanda externa plantea un desafío a la balanza comercial. Las Importaciones crecieron a un robusto 10,0 %, reflejando la fuerte demanda interna, mientras que las Exportaciones apenas se movieron un 2,2 %. Esta diferencia indica que el consumo colombiano se está supliendo principalmente con bienes y servicios extranjeros.
5. El Consumo de los hogares mantiene el pulso
El segundo gran motor del PIB, después del sector público, fue el agregado de comercio, transporte, alojamiento y servicios de comida, que creció un robusto 5,6 %. Este desempeño contribuyó con 1,2 puntos porcentuales al crecimiento total, confirmando que la resiliencia en el consumo de los hogares sigue siendo un pilar fundamental de la actividad económica del país.
Así las cosas, el crecimiento del 3,6 % es la media de fuerzas económicas opuestas. Si bien el dinamismo del consumo y el gasto público brindan un respiro coyuntural, la caída en la inversión en vivienda y la balanza comercial desequilibrada son alertas que los ejecutivos deberán monitorear de cerca.