Dentro de las conclusiones se dejó en evidencia que el 2026 marcará un punto de inflexión económico para Colombia, en medio de un contexto global convulsionado y un país que intenta reactivarse pese a la baja inversión y la incertidumbre política.
Como parte de su compromiso de promover diálogos sobre temas de interés nacional, Corfi llevó a cabo el Foro Perspectivas Económicas 2026 “¡Vamos por la remontada!”, el cual abordó los principales retos y oportunidades que enfrentará la economía colombiana de cara al 2026.
“El 2026 no solo llegará con un nuevo Mundial de fútbol, sino que también marcará el inicio de la segunda mitad de una década que comenzó con una pandemia y continuó con tensiones geopolíticas, conflictos y profundos cambios estructurales. Colombia no ha sido ajena a estos retos y se encamina a una economía con señales de reactivación, pero aún condicionada por la baja inversión, un sector externo debilitado y la incertidumbre asociada al cambio de gobierno”, precisó Milena López Rocha, Presidente de Corfi.
La realización del Foro contó con la participación de Michael Reid, quien fue editor sénior y coordinador de The Economist para América Latina, a través de su charla “Incertidumbre geopolítica regional y su impacto en Colombia”. En su intervención, Reid profundizó en que “Actualmente, vivimos en un mundo polarizado y multipolar, con una competencia creciente entre Estados Unidos y China, impulsada por disputas tecnológicas y presiones arancelarias. En América Latina, el fin del boom de materias primas dejó una década de bajo crecimiento, mayor pobreza y persistente desigualdad, lo que alimenta la frustración social y el avance de proyectos nacionalistas”.
Asimismo, señaló que “La región atraviesa una reconfiguración política acelerada, con un giro hacia gobiernos de derecha en medio del aumento del crimen organizado y la debilidad de los partidos. En este contexto, Colombia se vuelve especialmente vulnerable: hoy cuenta con 24 partidos representados y más de 90 precandidatos presidenciales, una fragmentación que incrementa la incertidumbre y dificulta la construcción de consensos. Así, el país deberá enfrentar un entorno externo más exigente y tensiones comerciales que pueden condicionar su integración económica”.
A su turno, Leonardo Villar, Gerente del Banco de la República, comentó cómo la inflación del último año ha marcado radicalmente el rumbo de la economía colombiana, señalando que: “Durante 2025, la inflación ha presentado una fluctuación relevante, con una baja marcada en abril y una estabilización en los meses siguientes, pero aun así Colombia mantiene una de las tasas más altas de la región. Esto se aleja de lo que los analistas proyectaban hace un año. Factores como el aumento del salario mínimo, el deterioro fiscal y la apreciación del peso han cambiado el panorama. Aun así, esperamos que la inflación retorne gradualmente hacia el 3% y que podamos avanzar en la reducción de tasas cuando las condiciones lo permitan”.
Por otro lado, los analistas Mauricio Reina, investigador de Fedesarrollo, y Jaime Pumarejo, Director de Portafolio, mediante la charla “El costeño y el cachaco”, coincidieron en que los retos políticos del próximo año estarán marcados por un entorno global cambiante y por la necesidad de que Colombia se adapte con visión de largo plazo. También señalaron que el país deberá afrontar desafíos clave como la seguridad regulatoria, la sostenibilidad fiscal, la soberanía energética y la competitividad exportadora, promoviendo un debate centrado en el desarrollo nacional y en políticas económicas consistentes.
Finalmente, César Pabón, Director de Investigaciones Económicas de Corfi, comentó que: “En el balance 2020-2025, la baja inversión se ha consolidado como el principal freno del crecimiento económico en Colombia. Hoy contamos con una tasa de inversión cercana al 17% del PIB, uno de los niveles más bajos de este siglo, lo que ha reducido nuestra competitividad regional y limitado la capacidad del país para generar mayor producción, empleo y bienestar”.{
En paralelo, señaló que “Si bien el consumo ha sostenido la actividad económica, los desafíos globales obligan a fortalecer los pilares que impulsan la inversión en el país. Para asegurar un crecimiento sostenible, es fundamental que Colombia avance con decisión en el fortalecimiento de la confianza, la seguridad jurídica, la sostenibilidad fiscal, la disponibilidad de energía a precios competitivos y la inserción exportadora”.