Según el más reciente reporte de Inclusión Financiera de Banca de las Oportunidades, el comportamiento de indicadores acceso y uso de productos del sector financiero formal, con corte septiembre de 2020, alcanzó un nuevo máximo histórico al llegar a 87,1 %, lo que significa que Colombia registró 31,6 millones de adultos con al menos un producto de depósito o crédito.
“La coyuntura generada por la pandemia, sumada a la implementación de programas como Ingreso Solidario y el compromiso del sector financiero, hizo que 2,2 millones de nuevos adultos accedieran por primera vez a los servicios del sistema financiero en los primeros nueve meses del año”, explicó Freddy Castro, director de Banca de las Oportunidades.
El reporte mostró que el indicador de uso subió de 71,6 % a 73 % (entre junio y septiembre de 2020), esto es, 26,5 millones de adultos con, al menos, un producto financiero activo.
“Para diciembre de 2019, el porcentaje de adultos con productos activos en el sistema financiero era 66%, entonces estamos hablando de un avance de 7 puntos porcentuales en solo nueve meses, dinámica que no se había presentado en el pasado”, resaltó Castro.
El informe revela que el segmento etario entre los 41 y 65 años es el que más accede y el que más usa productos financieros; sin embargo, el grupo en el que se registró un mayor crecimiento en uso fue el de los jóvenes, explicado por una mayor utilización de alternativas digitales.
En cuanto a preferencias, la cuenta de ahorro sigue reinando como producto de mayor penetración, toda vez que 27,6 millones de adultos la tenían al cierre del tercer trimestre de 2020.
Otro hito es la acogida y avance que vienen mostrando los productos digitales que, después de la cuenta de ahorro, se ubican como productos de mayor preferencia. Frente al segundo trimestre del año, el número de adultos con depósitos electrónicos aumentó en 1,2 millones (llegando a un total de casi 11,4 millones de adultos).
Por su parte, el número de adultos con cuentas de ahorro de trámite simplificado se incrementó en 1,6 millones, para un total de 7,1 millones de personas.
Como dato curioso, la cuenta corriente y los depósitos a término fijo se ubican en último lugar de las preferencias (en el primer caso, los tenedores son 1.929.362 personas, y en el segundo, 814.378).
Si bien se han observado avances en los indicadores de uso y acceso entre hombres y mujeres, así como entre sectores urbanos y rurales, aún persisten brechas.
En el primer caso, el indicador de acceso para los hombres fue de 88,8 %, mientras que el de las mujeres se ubicó en 83 %. En comparación con el cierre de 2019, el acceso para ellos aumentó 3,7 % y para ellas en 3,2 %.
Para la categoría regional, aún hay mucho por hacer en las zonas más apartadas toda vez que en el reporte de Banca de las Oportunidades, el indicador de acceso sigue siendo superior en las ciudades y aglomeraciones (95,5 %), seguido por los municipios intermedios (74,9 %), en contraste con lo que se ve en los municipios rurales (68,4 % rurales y 57,8 % rurales dispersos). En cuanto al indicador de uso, su tendencia fue similar.
Aunque la política de inclusión financiera ha avanzado en las tareas del cuatrienio, siguen pendientes algunos retos, como promover la llegada de más servicios a zonas rurales, mejorar los niveles de cultura financiera, cerrar brechas entre hombres y mujeres, y seguir promoviendo el desarrollo de alternativas de pagos digitales en pequeños comercios.
En el Conpes de inclusión y educación económica y financiera se traza la hoja de ruta para “integrar los servicios financieros a las actividades cotidianas de los ciudadanos y las empresas”.