La industria de consumo masivo se enfrenta a una lenta recuperación pospandemia, cambios en las necesidades de los consumidores y una cadena de suministro que aún enfrenta disrupciones.
Ante la complicada situación económica actual, debido a los altos niveles de inflación y los fuertes aumentos en las tasas de interés, EY-Parthenon, práctica de consultoría estratégica de EY, presenta el estudio Consumo masivo: oportunidades para enfrentar los retos de la industria en Latinoamérica, el cual analiza la situación económica actual en la región, su impacto en la industria de consumo masivo y presenta importantes oportunidades que tienen los jugadores para enfrentarse a este panorama.
Los niveles de inflación están en su punto más alto, incluso superando los registrados durante la crisis económica del 2008, y los países latinoamericanos no han sido la excepción. Al profundizar en la industria de consumo masivo en Latinoamérica, se puede hacer un enfoque en tres categorías de productos, según el impacto de la inflación en cada uno: (I) alimentos y bebidas, (II) ropa y calzado, y (III) muebles y artículos para el hogar o conservación del hogar.
“La mencionada inflación por sector es evidente para los consumidores, quienes han percibido incrementos importantes en los precios de alimentos básicos, comida fresca y empaquetada, vestimenta, productos electrónicos, entre otros bienes de consumo. Por lo tanto, los cambios en los precios llevan a cambios en la decisión de compra, lo cual ofrece posibilidades para transformar las operaciones y el modelo de negocio”, comenta Ángel Estrada, Socio de EY-Parthenon.
El análisis realizado por EY-Parthenon refleja que, en Latinoamérica, el consumidor se mantendrá consciente de cómo gasta su dinero y de lo que compra, cuidando el presupuesto doméstico. Esto —aunado a las presiones inflacionarias— vuelve al consumidor aún más sensible al precio al momento de comprar. Muestra de ello, es que el 49% de los consumidores en la región considera que el precio es uno de los criterios más importantes al momento de realizar compras; seguido de los beneficios para su salud (48%), calidad en el servicio (30%), empaque sostenible (29%), disponibilidad del producto (20%), y marca del producto (19%).
“La industria de consumo masivo se enfrenta a una lenta recuperación pospandemia, cambios en las necesidades de los consumidores y una cadena de suministro que aún enfrenta disrupciones. Ante la incertidumbre, recomendamos llevar a cabo procesos de reducción de costos e incremento de eficiencias. En paralelo, se requiere un entendimiento profundo del consumidor y sus nuevas necesidades, al igual que del mercado, lo que habilitará un ajuste en la oferta de valor y de productos, mejorará la experiencia e incluso permitirá penetrar nuevos canales de distribución”, afirma Juan Felipe Arango, Socio de EY-Parthenon.
A raíz del aumento en los costos de transporte, las materias primas y las congestiones en diferentes puertos, la cadena de suministro se ha visto impactada, causando retrasos y afectando a los jugadores de consumo masivo de Latinoamérica. Los desafíos para los envíos, la disponibilidad reducida de materias primas y los cierres de producción están dando lugar a un menor cumplimiento de los pedidos existentes, retrasos en las entregas, incapacidad para aceptar nuevos pedidos y, como consecuencia, disrupciones en el inventario de los jugadores en la industria de consumo masivo. Las restricciones en la cadena de suministro tuvieron un fuerte impacto en los precios de los fletes internacionales de contenedores, incremento que se traslada hasta el consumidor final, el cual se ve afectado por el encarecimiento de los bienes que consume.
Existen importantes oportunidades para que los jugadores de la industria de consumo fortalezcan su posición en el mercado, sirvan mejor a sus clientes y eviten posibles riesgos de decremento en las ventas. Algunas de las opciones relevantes que EY-Parthenon destaca en su análisis son:
- Optimizar sus ventas y buscar eficiencias operativas en espacios físicos y digitales.
- Obtener un claro entendimiento del consumidor y ajustar su oferta de productos y servicios.
- Desarrollar o entrar a nuevos canales de distribución que se adecúen más al mercado.
- Proporcionar incentivos de venta al consumidor, como esquemas de pago, financiación, programas de lealtad o recompensas.
Por otro lado, se encuentra el e-commerce, el cual debe de ser adoptado por los jugadores de la industria de consumo masivo si no quieren perder mercado frente a empresas dedicadas únicamente a la venta en línea. En este sentido, se proyecta que el comercio electrónico en la región tenga un crecimiento anual promedio de 19% para el 2025.
“Sin duda alguna, las tendencias de consumo que han surgido se mantendrán a largo plazo y se fortalecerán, la clave se encuentra en colocar al consumidor al centro de las estrategias de negocio con la finalidad de reformular las propuestas de valor y dar prioridad a la rentabilidad. Hoy es el momento oportuno para diferenciarse y capturar el mayor valor de esta situación”, concluye Luis De Oteyza, Socio de EY.
Consulta el estudio completo en el siguiente enlace.