La biodiversidad ha ganado protagonismo en la agenda política mundial, equiparándose con el cambio climático. No obstante, dicha nivelación está lejos de haberse dado de manera óptima, pues desde 1970, las poblaciones de mamíferos, aves, peces, reptiles y anfibios han disminuido en promedio un 69%, según el Informe Planeta Vivo 2022 del WWF.
Mientras la biodiversidad disminuye, la población mundial continúa en aumento y se espera que alcance los 9.700 millones de personas para 2050. Este fenómeno hace imperativo desarrollar un sistema de consumo que respete los límites del planeta para enfrentar el cambio climático, la pérdida de variedad de seres vivos y asegurar un futuro sostenible.
En el marco de la Conferencia de las Partes sobre Diversidad Biológica de la Organización de las Naciones Unidas (COP16), que tuvo lugar en la ciudad de Cali en 2024, se destacó el rol que el sistema LEED para Comunidades desempeña en la protección de los ecosistemas colombianos. A través de la implementación de prácticas sostenibles, estos proyectos buscan minimizar su huella ecológica y promover el equilibrio ambiental en las áreas donde se desarrollan.
Green Business Certification Inc. (GBCI) y el U.S. Green Building Council (USGBC), en colaboración con el Consejo Colombiano de Construcción Sostenible (CCCS), lanzaron el estudio “LEED PARA COMUNIDADES EN COLOMBIA: INFORME DE IMPACTO 2024”, cuyo objetivo es analizar cómo los proyectos certificados, o en proceso de certificación, LEED para Comunidades, contribuyen a la preservación y mejora de la biodiversidad en distintos contextos del país.
“En ciudades y comunidades de todo el mundo buscan cada vez más la certificación LEED como una forma de mostrar su liderazgo en sostenibilidad. Al centrarse en resultados medibles en áreas como la acción climática, la resiliencia y el bienestar, LEED para Comunidades y Ciudades está ayudando a guiar a las zonas urbanas hacia futuros más sostenibles”, afirma Maria Alex Cardona, Líder de Desarrollo de Negocios del GBCI en Colombia.
Para 2024, el mundo cuenta con 282 proyectos registrados para obtener la certificación LEED de Ciudades y Comunidades, de los cuales 191 corresponden a comunidades y 91 a ciudades. Colombia se ubica en tercer lugar, luego de Estados Unidos y China, con 21 proyectos registrados en esta categoría para comunidades, equivalente a 1.139,76 hectáreas. Este esquema en el país ha tenido un crecimiento muy significativo en los últimos tres años, con un promedio de seis proyectos registrados al año desde 2022.
El Valle del Cauca lidera con la mayor cantidad de proyectos registrados en Colombia (6), seguido por Bogotá (5) y Antioquia (3). Esto se debe al liderazgo de algunas constructoras que están transformando los paradigmas de estructuración de proyectos en estas regiones y promoviendo la transición hacia comunidades más sostenibles y resilientes al cambio climático.
LEED para Comunidades y Ciudades ayuda a alinearse con los objetivos climáticos mundiales, como el Acuerdo de París, y puede integrarse con otros marcos de sostenibilidad urbana, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.
El sistema tiene como objetivo crear mejores lugares para que las personas vivan, trabajen y se diviertan. Aborda varias áreas fundamentales como la energía, el agua, los residuos, el transporte, la educación, la salud y la prosperidad, centrándose en el desarrollo de zonas urbanas sostenibles desde el punto de vista medioambiental y social, y preocupándose por la calidad de vida de las personas que ocupan el lugar.
El enfoque de LEED para Comunidades va más allá de cumplir con las normativas del sitio, al proponer una metodología que permite realizar una evaluación exhaustiva de todos los sistemas ecológicos del lugar. Esta metodología no solo asegura el cumplimiento de las regulaciones, sino que también fomenta intervenciones más conscientes y sostenibles, enfocadas en la restauración de los ecosistemas naturales.
Los proyectos certificados han implementado estrategias que incluyen la reintroducción de flora nativa, la creación de corredores biológicos para facilitar el paso de fauna a través del sitio y la restauración de hábitats que favorecen la biodiversidad local.
El impacto más significativo de la certificación en su entorno es la creación de espacios verdes de alta calidad ecológica. Estos espacios no sólo proporcionan beneficios estéticos y recreativos a los residentes, sino que también cumplen una función esencial en la conservación de la biodiversidad y la mejora de los servicios ecosistémicos.
Al integrar vegetación nativa y restaurar las condiciones naturales del sitio, los proyectos certificados fomentan la coexistencia entre la naturaleza y el entorno urbano, permitiendo que los ecosistemas prosperen en armonía, incluso en zonas densamente pobladas.