La figura evita acudir a la constitución de sociedades u otros vehículos que requieren mayor tramitología para este tipo de proyectos.
os proyectosinmobiliarios en el país tienen un buen panorama, a pesar de los desafíos del sector constructor como el incremento de materiales. Sandra Forero, presidente de Camacol, ha destacado que la industria es la encargada de demandar insumos y servicios al 54% del aparato productivo de Colombia, donde se tiene que tener en cuenta que abarcan 36 sectores y 176 líneas productivas.
De igual manera, la solidez del sector se ratifica con cifras de Invest Bogotá, en las cuales se proyecta que en el período 2019-2023, la construcción será uno de los más dinámicos de América Latina. Se estima que a 2023 alcanzará los 89,11 billones de pesos.
Ante esta coyuntura, son muchas las personas que desean invertir en el sector inmobiliario, pero no están seguras de cómo hacerlo o lograrlo de una forma segura y transparente.
Sebastián Barón Vicepresidente de Negocios Fiduciarios de Accion Fiduciaria, explica una opción que ha ganado terreno en Colombia y tiene buenas perspectivas de aumentar su participación. “La fiducia inmobiliaria es una gran alternativa. Básicamente, es una modalidad de negocio fiduciario que tiene por objeto canalizar los recursos de los compradores (adquirentes) a través de un fideicomiso para que, una vez acreditadas unas condiciones establecidas contractualmente, asociadas a componentes financieros, técnicos y jurídicos, los dineros entregados se giren o se pongan a disposición para el desarrollo únicamente para la obra”.
A ello, agregó que -incluso- en algunos casos, las fiduciarias también mantienen la propiedad de los inmuebles sobre los cuales se desarrolla el respectivo proyecto, para que esta sea, al final del negocio, quien escriture las unidades resultantes a favor de los adquirentes.
Este tipo de fiducia se ha logrado posicionar de buena manera, al punto que ha logrado un crecimiento sustancial en la última década; entre junio de 2012 y junio de 2022, se ha duplicado el número de negocios inmobiliarios desarrollado por fiduciarias, pasando de 4.100 a 8.800.
Vale la pena destacar que esta opción puede hacerse para empresas o personas naturales, lo importante es siempre tener claro el rol que tendrá cada una de las partes, de esta manera, lo recomendable es que el desarrollador (constructor) sea una persona jurídica con músculo financiero, capacidad de crédito y de responder frente a eventuales contingencias. Los compradores o adquirentes pueden ser personas jurídicas o naturales, incluso, hay casos que se trata de otro negocios fiduciarios o fondos, entre otros, pero las fiduciarias tienen que ser autorizadas por el Estado para poder actuar como tal.
El Vicepresidente de Negocios Fiduciarios de Accion Fiduciaria, explicó que esta figura, si bien no es un garante, da más seguridad para que los recursos no sean utilizados por los desarrolladores para otros fines distintos al del proyecto que están manejando. De la misma manera, la fiducia sirve como un esquema en el cual se pueden asociar distintos actores con funciones diferentes, sin necesidad de acudir a la constitución de sociedades u otros vehículos que requieren mayor tramitología.
“Sin duda es una alternativa segura y razonable, pues permite que un tercero sea el árbitro en el manejo de recursos y que una negociación entre desconocidos se viabilice. Es muy diferente hacer un negocio de manera directa con quien uno no conoce a que haya una entidad vigilada que, bajo unas reglas claras, tiene un actuar trazado y fijado por quienes intervienen en el negocio”, concluyó Barón.