Las compras de temporada se consolidan como un reflejo del ánimo económico: 55 % de los colombianos cree que su vida mejorará en un año, pero mantiene cautela ante el costo de vida.
Las compras de temporada se han convertido en un verdadero termómetro del consumo y la economía en Colombia. Cada Black Friday, diciembre o periodo vacacional activa un ciclo que ya no responde al impulso, sino a la estrategia.
De acuerdo con la más reciente edición del EY Future Consumer Index 2025, los hogares colombianos muestran una combinación de optimismo financiero y disciplina de gasto: 55 % confía en que su vida mejorará en el próximo año, pero 48 % sigue preocupado por el costo de vida y 45 % por la economía nacional.
Las temporadas altas —como Navidad o vacaciones— reflejan más que un pico de ventas: son un retrato del estado de ánimo del consumidor. La confianza se manifiesta en la disposición a comprar, pero con una lógica más racional y planificada.
“Las compras de temporada evidencian la evolución del consumidor colombiano. Ya no responden al impulso, sino a una estrategia de planificación, comparación y búsqueda de valor. El reto para las marcas está en ofrecer experiencias integradas, transparentes y confiables que inspiren al consumidor a elegirlas más allá del precio o la promoción”, afirma Jorge Piñeiro, Líder de Consumo de EY Colombia.
Planificación y comparación, el nuevo hábito de compra
El consumidor colombiano es hoy más analítico y anticipado. Según el estudio, 53 % compra en tiendas de descuento, 45 % elige marcas más baratas de calidad similar y 32 % cambia a marcas propias. Este comportamiento evidencia que los picos de consumo ya no son espontáneos, sino el resultado de decisiones informadas y comparativas orientadas al valor.
Para las empresas, esto implica acompañar todo el recorrido de compra: desde la investigación inicial hasta la conversión final. Las estrategias omnicanal, la consistencia de precios entre plataformas y la disponibilidad de inventario son ahora factores clave para capturar la compra de temporada.
Marcas propias: de alternativa a elección consciente
La coyuntura inflacionaria y el alto costo de vida han consolidado a las marcas propias como una opción inteligente y confiable.
En Colombia, más de la mitad de los consumidores considera marcas propias en productos de consumo masivo: 54 % en alimentos frescos, 53 % en artículos del hogar y 45 % en cuidado personal.
Además, 68 % afirma que las marcas propias le ayudan a ahorrar dinero y 78 % no planea dejar de comprarlas, lo que confirma que estas alternativas ya no se perciben como sustitutos, sino como una elección estratégica y confiable de gasto.
La innovación como factor emocional y de diferenciación
En las campañas de temporada, la innovación adquiere un valor simbólico.
Más del 50 % de los consumidores prioriza la innovación sobre el precio en categorías como moda, cuidado personal o alimentos. A la vez, 45 % valora los beneficios de bienestar y 42 % el rendimiento mejorado de los productos innovadores.
El consumidor busca experiencias, diseño y propósito. Las marcas que traduzcan la innovación en soluciones relevantes —más allá de la novedad— podrán fortalecer su conexión con el consumidor incluso fuera de la temporada alta.
Tecnología y confianza digital durante las compras
Las compras de temporada también evidencian la creciente madurez digital del consumidor colombiano.
El 51 % de los encuestados tiene una comprensión básica de la inteligencia artificial y 40 % confía en chatbots o asistentes virtuales para recibir recomendaciones o promociones personalizadas.
Este comportamiento abre oportunidades para las marcas que integren la tecnología con transparencia, ética y enfoque humano. En contextos de alta demanda, la eficiencia digital define la diferencia entre una experiencia satisfactoria y una pérdida de confianza.
Propósito y valor en cada decisión
Las compras de temporada ya no son un acto impulsivo, sino un reflejo de la nueva mentalidad del consumidor colombiano, que busca equilibrio entre conveniencia, propósito y responsabilidad.
En un entorno de cambio constante, las empresas que comprendan este balance entre emoción, racionalidad y tecnología serán las que logren construir relaciones duraderas y relevantes con sus audiencias.
Las temporadas de alto consumo ya no son simples momentos comerciales, sino una expresión del cambio profundo en la forma de comprar y decidir. El consumidor colombiano combina razón y emoción: planifica, compara y elige marcas que reflejen sus valores y su visión de bienestar.
En este escenario, las empresas que integren propósito, innovación y confianza en su propuesta serán las que logren trascender la venta y construir relaciones duraderas con sus clientes.