Las más recientes movidas económicas mundiales están moviendo el mercado colombiano. Entre el dólar, el petróleo y la dinámica de los Estados Unidos, Colombia ve afectados sus indicadores.
Dólar: la moneda norteamericana ya está en el nivel más alto de este 2024. La incertidumbre electoral en EE. UU. así como las expectativas de lo que podría ser una moderación en los ajustes de las tasas de interés de la FED contribuyeron a este escenario.
En este sentido, mientras no se aclare el panorama político de la economía estadounidense, la volatilidad y el temor seguirán siendo la constante. Es más, el índice VIX, que suele usarse como una aproximación al “temor” general de los mercados, está en niveles más altos que los que se tuvieron a inicios de 2024.
Petróleo: si bien a principios del año se vio un aumento del precio spot del crudo, desde abril se ha mantenido una tendencia bajista. Incluso con las confrontaciones en Medio Oriente, el brent ha estado por debajo de los casi 91 USD que alcanzó en el segundo trimestre de 2024.
Ahora, con la expectativa de una distensión en el conflicto en esa zona del planeta, los análisis apuntan a que el crudo se mantendrá en las inmediaciones de los 70 USD. Esto, teniendo en cuenta que los futuros del brent están sobre los 71 USD.
A este panorama hay que añadir la posibilidad de que se reduzcan las reservas petroleras de EE. UU. esto presionaría al alza el precio del barril. De hecho, los futuros de la referencia WTI ya están en los 67 USD.
Así las cosas, en este campo de juego la economía colombiana tiene el reto de aguantar un dólar más caro; pero, a su vez, de contar con una relativa estabilidad en los precios del petróleo.
Sobre el papel, los riesgos inflacionarios se incrementarán por cuenta del encarecimiento del dólar. Sin embargo, la estabilidad -a la baja- de los precios del petróleo pueden amortiguar parte de ese efecto.
