Por: Javier Murillo, CEO de Metrics
Hay cuestionamiento continuo de si ¿existe una relación directa del impacto de la conversación en medios digitales en el posicionamiento de temas y su representatividad? Normalmente esta pregunta se la hacen personas con un perfil no nativo digital, pragmático o conservador que requieren evidencias o confirmaciones oficiales.
En una junta con mis colegas del Aspen Institute, trabajando en el proyecto IdentidadMX, una antropóloga que participaba en la reunión me hizo ese cuestionamiento ¿qué tan representativa es la discusión en redes sociales de las creencias de los mexicanos? Le respondí con el Algoritmo del Abuelo.
Lo primero que hay que entender es: para saber lo que se discute en lo privado, solo hay que estudiar lo que se expresa en lo público y viceversa.
La representatividad de la discusión en redes sociales se sustenta sobre la base de las relaciones familiares, su cohesión, su jerarquía, la autoridad y el grado de digitalización que tiene cada país.
Entre más fuerte es el vínculo de cohesión familiar en los países, sus regiones y localidades, mayor será el índice de representatividad de la conversación digital en elinconsciente colectivo. En el caso de México es alto.
Pensando en un abuelo que vive en el campo o en la sierra y que está desconectado del mundo digital, no lo está tanto porque sus hijos y nietos si están conectados. Cada vez que se reúnen para compartir, es inevitable discutir los temas de la agenda nacional y ya sea que los hijos y/o los nietos sean nativos digitales, hablarán de lo que es tendencia en medios digitales. Lo público y social en ese momento se vuelve privado.
El abuelo, que claramente tiene un valor jerárquico dentro de la familia, tomará esa información, dará su opinión y dependiendo de su nivel de autoridad, retará, matizará o confirmará la información. Eventualmente esa interpretación dará forma a la creencia de sus hijos y/o nietos, que eventualmente regresarán a los medios digitales con esa nueva o confirmada opinión. Lo privado en este momento se vuelve social y/o público.
Este es el algoritmo del abuelo, no importa que tan desconectados digitalmente estemos, si tenemos relación con familiares y/o amigos, jamás estaremos tan desconectados para no recibir información digital y para influir indirectamente en la discusión digital pública social.