Las más recientes cifras de actividad sectorial de la industria, comercio y vivienda en Colombia siguen teñidas de rojo. Entre los encadenamientos que tienen estas actividades, las alarmas, que ya llevan varios meses encendidas, deben sonar más fuerte.
Industria en caída
En días pasados se publicaron los datos poco alentadores respecto a la difícil situación que enfrenta la industria manufacturera colombiana. Luego de un 2023 con persistentes caídas en la producción y las ventas, el 2024 empezó mostrando también un panorama complejo, dado que precisamente estas variables registraron niveles de -4,3% y -4,1%, respectivamente en enero.
En el primer mes del 2023 la manufactura había registrado una situación de estancamiento, es decir que los números negativos registrados en enero de este año se están comparando con un mes que tampoco fue bueno, lo que genera aún más preocupación.
Y es que en enero de 2024 el descenso de la actividad productiva y las ventas es generalizado. En concreto, 27 de los 39 sectores que analiza el DANE en la Encuesta Mensual Manufacturera con Enfoque Territorial (EMMET) registraron caídas en su producción y 26 de las actividades redujeron sus ventas. Por ejemplo, las ventas de automotores cayeron en -42,9% y los productos de caucho en -30,1%.
Igualmente, la producción textil y de confecciones, registraron una disminución de -21,7% y -21,8%, respectivamente. Además, la producción de insumos de la construcción, como el hierro y el acero, se redujo en -16%.
Al respecto, la ANDI ha resaltado que esta situación se refleja en la capacidad de mantener y generar puestos de trabajo para el aparato productivo del país, por lo que se registró una caída del -1,1% en el empleo de la actividad manufacturera en enero de 2024, frente al año anterior.
De acuerdo con el gremio de empresarios, estos resultados deben ser una señal de alarma y “nos deben convocar para tomar medidas urgentes de reactivación, que no solo impulsen al sector productivo, sino que además generen certidumbre y confianza, para que se estimule la inversión y las empresas puedan hacer una adecuada planeación en el largo plazo, viendo a Colombia como un lugar atractivo para trabajar y generar empleo”.
Ventas de vivienda no repuntan
Otro de los sectores en el cual persiste la dinámica negativa es el de la vivienda. De acuerdo con los datos de Coordenada Urbana de Camacol, para los primeros dos meses del año se registró la venta de 20.285 viviendas, lo que representa una contracción de 24,5% frente al primer bimestre de 2023. Además, se puede ver que la vivienda de interés social (VIS) acumuló 20 meses consecutivos de contracciones, mientras que las iniciaciones completaron 12 meses consecutivos de variaciones negativas.
Según la asociación gremial, preocupa la persistencia de las caídas en los indicadores comerciales. Se siguen registrando variaciones negativas pronunciadas, a pesar de que se compara con 2023 que fue un año malo en términos comerciales. Así las cosas, tal como venía anunciando la entidad hace meses, los inicios de nuevas obras empiezan a mostrar mayores niveles de deterioro.
“Los inicios de obra son el indicador que más cae en lo corrido de 2024 y, por eso, revertir esta tendencia es fundamental para evitar que la generación de empleo, que presenta reducciones desde 2023, se siga afectando”, señaló el presidente ejecutivo de Camacol, Guillermo Herrera, quien instó a generar estrategias para que el sector retome una senda de crecimiento con miras al cumplimiento de los objetivos de largo plazo de la política de vivienda.
Hay que recordar que la reducción en los niveles de actividad constructora limita la capacidad del sector para atender el déficit habitacional y se traducen en mayor informalidad de vivienda en las ciudades. De esta manera, incrementar los niveles de obra es fundamental para garantizar un desarrollo urbano sostenible acorde con las necesidades la población.
Para Herrera, un país con la dinámica poblacional de Colombia requiere de un sector constructor que tenga la capacidad de superar las 250.000 viviendas iniciadas por año. Actualmente, la cifra se ubica por debajo de las 130.000 unidades, lo cual es a todas luces insuficiente para cubrir la formación de hogares, que se estima en cerca de 370.000 por año, y atender el déficit cuantitativo de vivienda que afecta a cerca de 1,3 millones de hogares.
Camacol hace énfasis en que el potencial de reactivación del sector derivado exclusivamente de la reducción en las tasas de interés es limitado, de manera que será necesario impulsar programas públicos de vivienda, a nivel nacional y local, para generar una reactivación pronta y efectiva.
Comerciantes poco optimistas
Por el lado del comercio los números también están en rojo y según lo dio a conocer recientemente Fenalco, las ventas del sector continúan en estado crítico. Así lo registra la más reciente Bitácora Económica de la entidad, que evidencia que sigue frenado el consumo de los hogares colombianos, particularmente de bienes durables como computadores, muebles, electrodomésticos y artículos para la remodelación del hogar, y bienes semi durables como textiles, vestuario, cuero y calzado.
El 84% de los empresarios consultados por la entidad afirmó que sus volúmenes de ventas fueron iguales o inferiores a los registrados en el mismo mes del año anterior (50% reportó ventas similares y el 34% disminución). En contraste, tan solo un 16% reportó haber tenido un aumento.
Al respecto el presidente del gremio Jaime Alberto Cabal resaltó que “es pésimo balance frente al registrado en los últimos tres meses y el peor febrero desde 2017. Esperamos que desde el segundo trimestre las condiciones de acceso a crédito sean más amigables para los colombianos”, esto si las tasas comienzan e interés del banco central comienzan a bajar.
En cuanto a las expectativas, el gremio de comerciantes resalta que han podido detectar que, en general las empresas temen mayor enfriamiento en la demanda en el futuro inmediato, y “de hecho un 47% piensa que la situación seguirá igual y un 26% se declara más pesimista”.