El Banco de la República cerró el 2024 con una decisión significativa al recortar la tasa de interés en 25 puntos básicos, llevándola al 9,5%, el nivel más bajo registrado desde finales de 2022.
Esta medida, tomada en la última reunión de su Junta Directiva del año, marcó un hito en el esfuerzo del Emisor por adaptarse a las complejidades macroeconómicas actuales, aunque dividió opiniones dentro de sus miembros. Cinco codirectores respaldaron el ajuste, mientras que dos abogaron por reducciones mayores, incluyendo al ministro (e) de Hacienda, Diego Guevara, quien propuso un recorte de 75 puntos básicos en su debut en la Junta.
Leonardo Villar, gerente del Banco de la República, explicó que esta decisión responde principalmente al comportamiento de la inflación, un indicador clave que sigue siendo monitoreado de cerca. Aunque el mercado esperaba una reducción más agresiva, el Emisor ha acumulado una baja total de 375 puntos básicos a lo largo del año.
Villar destacó que, además de la inflación, la negociación del salario mínimo para 2025 es otro factor relevante. Con las conversaciones entre empresarios, trabajadores y el Gobierno aún sin consenso, el Ejecutivo tiene hasta el 30 de diciembre para definir el incremento, lo que podría tener implicaciones significativas en el proceso de reducción inflacionaria.
A nivel internacional, Villar mencionó las proyecciones de la Reserva Federal de los Estados Unidos, que prevén recortes más pausados en las tasas de interés para el próximo año, y la reciente depreciación del tipo de cambio, como elementos que también influyeron en la decisión.
La medida fue calificada como prudente por analistas como Jackeline Piraján, economista de Scotiabank Colpatria, quien valoró la capacidad del Banco Central para responder de manera responsable ante un entorno cambiante.
Desde el Gobierno Nacional, el ministro Guevara expresó que esperaba un recorte mayor, al considerar que una reducción más acelerada sería crucial para enfrentar los retos fiscales y promover la reactivación económica del país.
En contraste, el presidente Gustavo Petro calificó la decisión del Banco de la República como “política”, argumentando que podría ralentizar el crecimiento económico bajo su administración y afectar la economía nacional.
Esta reducción, aunque vista como una oportunidad para aliviar costos financieros, pone en evidencia las tensiones entre las diferentes visiones sobre cómo balancear la estabilidad macroeconómica con la necesidad de fomentar un crecimiento más acelerado en un contexto de incertidumbre global y desafíos locales.