En lo corrido del año, el peso colombiano se ha devaluado 10,23% frente al dólar y es posible que llegue al 14,59% para finales de 2022, según estimaciones del Banco de La República. Septiembre cierra con un dólar a la alza, acercándose nuevamente al precio más alto en la historia del país que alcanzó el pasado 7 de julio.
El complejo panorama económico global enmarcado por el temor sobre una posible recesión; la caída de acciones en diferentes sectores económicos; los continuos aumentos de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos para frenar los históricos niveles de inflación; la volatilidad de los precios del petróleo y otras materias primas por los bloqueos en las cadenas de suministro a causa de la invasión rusa en Ucrania; y las medidas COVID cero por parte de China, han llevado a que las monedas en el mundo sigan perdiendo valor frente al dólar. Hoy, el euro está por debajo de la divisa americana, sumado a que la libra esterlina y el yuan chino han alcanzado mínimos históricos.
Sin embargo, pese a que la afectación económica es global, las monedas de economías emergentes son las más afectadas frente a las dinámicas inestables del mundo, representando pérdidas significativas de manera generalizada. Los colombianos nos enfrentamos a un panorama que genera incertidumbre y preocupación, en tanto que la volatilidad se apodera de los mercados financieros. Solo una situación es clara: el dólar se mantiene como activo refugio para el mundo.
Si vamos un poco más allá de la coyuntura actual, encontraremos que la devaluación de las monedas de economías emergentes no es un fenómeno reciente. Para el periodo entre el 2000 y junio del 2021, según el Big Mac Index (indicador de The Economist), el peso colombiano se devaluó en un 40,3% frente al dólar americano. En diciembre del 2021, el peso se devaluó en 43,5% y Colombia ocupó el primer puesto entre las monedas más devaluadas de América Latina, superando a México (42,5%), Guatemala (41,8%), Chile (33,2%) y Argentina (26,2%). Aún en el 2022, la tendencia devaluacionista continúa dirigiendo el rumbo de nuestra moneda, disminuyendo el poder adquisitivo.
Estas dinámicas del mundo globalizado, sumadas a los altos niveles de interdependencia, nos vuelven cada vez más vulnerables. Como economía emergente, los colombianos nos enfrentamos a múltiples barreras que nos impiden acceder al dólar, limitando nuestra capacidad de hacerle frente a la devaluación y sus consecuencias. Sin embargo, junto con los retos que tenemos que enfrentar, surgen soluciones gracias al desarrollo tecnológico y la innovación que nos permiten desbloquear oportunidades.
El surgimiento de sistemas disruptivos, como Blockchain, abre las puertas a un mundo en el que podemos acceder a la protección de nuestro patrimonio en cuentas globales. Las criptomonedas solían ser bastante volátiles, sin embargo, hoy contamos con ‘stablecoins’ o monedas estables como el USDC (United States Dollar Coin), ligadas 1:1 al valor del dólar americano (por cada USDC que existe, hay un dólar físico en un banco de reserva en Estados Unidos). Empresas como Littio, que nos permiten crear una cuenta para la adquisición de USDC, han logrado consolidarse como una alternativa para la construcción de una vida financiera segura y estable.
Establecer o pronosticar qué va a pasar con exactitud con el peso colombiano (y las demás monedas en el mundo) resulta complejo. Sin embargo, los índices históricos demuestran que nuestra moneda se devalúa de manera acelerada y constante, y que ahorrar en dólares, ahora más que nunca, es una necesidad que debe ser abordada como oportunidad.