El 29 de octubre, una decisión administrativa de un organismo gubernamental surcoreano desató la polémica internacional, suscitando inquietud por la libertad religiosa y causando cuantiosas pérdidas económicas.
El «Foro de Líderes Religiosos y Ceremonia de Graduación», una iniciativa conjunta de dos destacadas organizaciones religiosas, iba a celebrarse en Paju (Corea del Sur). Se esperaba que acudieran más de 30.000 participantes de 57 países, entre ellos 1.000 líderes religiosos representantes del cristianismo, el budismo, el islam y el hinduismo.
Sin embargo, la Organización de Turismo de Gyeonggi, entidad pública dependiente de la provincia de Gyeonggi, canceló abruptamente el alquiler del recinto sin previo aviso. Esta decisión de última hora ha ocasionado importantes perjuicios económicos al evento internacional. Los organizadores de este evento declararon que la cancelación constituye un acto inconstitucional de discriminación contra una religión específica, que viola la libertad religiosa, los derechos humanos y el debido proceso legal.
Las organizaciones anfitrionas, la Asociación para la Unificación Nacional Budista de Corea y la Iglesia de Jesús de Shincheonji, afirmaron que habían recibido confirmación oficial los días 23 y 28 de octubre de que no existía ningún plan de cancelación. También afirman que la cancelación unilateral es una medida administrativa poco razonable dirigida contra un grupo religioso concreto. Subrayan además que otros actos programados para el mismo día no se vieron afectados, lo que sugiere que la cancelación fue «una decisión administrativa causada por la oposición de un grupo religioso específico», lo que «viola el principio de separación de Iglesia y Estado garantizado por la Constitución».
La Organización de Turismo de Gyeonggi adujo motivos de seguridad relacionados con las recientes acciones norcoreanas y las actividades previstas de un grupo de desertores norcoreanos como razones de la cancelación. Sin embargo, se señaló que otros eventos, como los paseos en bicicleta de civiles y las visitas de turistas extranjeros a la DMZ, estaban permitidos dentro de la misma zona designada.
El incidente ha reavivado el debate internacional sobre la libertad religiosa y la tolerancia en Corea del Sur. El Informe sobre Libertad Religiosa Internacional del Departamento de Estado de EE.UU. ya había puesto de relieve anteriormente problemas como la persecución de la Iglesia de Jesús de Shincheonji y la negativa del gobierno a aprobar la construcción de mezquitas.
La Asociación para la Unificación Nacional Budista de Corea y la Iglesia de Jesús de Shincheonji piden al gobierno surcoreano que respete la libertad religiosa, defienda los derechos humanos y rectifique esta injusta decisión. Instan a las organizaciones internacionales a que vigilen esta situación y tomen las medidas oportunas para proteger la libertad religiosa.