Por Natalia Urrego Reyes. Directora de Comunicaciones y Asuntos Corporativos – Acoset.
La más reciente alerta sobre la pérdida de casi 200 mil empleos formales en Colombia durante el primer trimestre de 2025 debería estremecer tanto al sector público como al privado. Pero lo que más preocupa es que en este contexto, los mecanismos que han demostrado ser eficaces para preservar la formalidad, como las Empresas de Servicios Temporales (EST), sigan siendo malinterpretadas con precarización, siendo esta figura la fuente principal y la posibilidad más cercana para los colombianos de acceder a un empleo formal y digno aún sin experiencia laboral.
En este trimestre son 63 mil trabajadores en misión que hoy ya no tienen empleo, víctimas de una incertidumbre política que ha frenado la toma de decisiones empresariales y ha puesto en pausa contrataciones necesarias para el funcionamiento de múltiples sectores.
La caída del empleo formal no es un fenómeno aislado. Es el reflejo de una transformación profunda del mercado laboral, donde el emprendimiento y el autoempleo ganan protagonismo, pero a menudo sin garantías, sin seguridad social, sin piso mínimo de protección. ¿Es ese el futuro laboral que queremos como país?
La flexibilidad laboral no es sinónimo de precariedad. Por el contrario, las EST han sido garantes de formalidad, protección social y acceso a oportunidades laborales en regiones y sectores donde el empleo tradicional no siempre es viable ya que no funciona como la estacionalidad, picos de producción o diferentes aumentos de actividades. ¿Qué pasaría si este modelo desaparece? ¿Quién responderá por esos miles de colombianos que encuentran en las EST una opción real y legal de empleo?
Es hora de dejar de estigmatizar la flexibilidad laboral formal, y que sí funciona. El país necesita reglas claras, estables y basadas en evidencia. Las decisiones sobre el futuro laboral de Colombia no pueden estar supeditadas a agendas políticas coyunturales, sino a una visión de largo plazo que ponga en el centro al trabajador, sin desincentivar al empleador.
Hoy, más que nunca, reiteramos que las Empresas de Servicios Temporales no son parte del problema: somos parte de la solución. Defender la flexibilidad laboral con condiciones dignas no solo es posible, es indispensable.