Por Alejandro Cheyne, rector de la Universidad del Rosario.
De acuerdo con las 74 recomendaciones presentadas la semana pasada por parte de la Universidad del Rosario, especialmente desde la Facultad de Jurisprudencia, la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud y la Facultad de Economía, se plantea la necesidad de NO continuar con el paradigma que propone: “Aprender a convivir con el Covid-19 en nuestro país”. Por el contrario, los investigadores invitan a todos los colombianos a comprometerse de una forma contundente para así cortar las cadenas de transmisión y eliminar (no erradicar) el virus en Colombia. Para esto, toma gran importancia el desarrollo de estrategias y los aprendizajes de buenas prácticas, como se ha llevado a cabo en países como Australia, Nueva Zelanda, entre otros.
Si bien es cierto que los resultados de la encuesta realizada también por la Universidad del Rosario, en este caso en alianza con la firma encuestadora Cifras y Conceptos, la Casa Editorial El Tiempo y la fundación Konrad Adenauer, en seis ciudades de Colombia (Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Santa Marta y Bucaramanga) se refleja una percepción de seguridad de la vacuna contra el Covid-19 del 75% y una necesidad de continuar con el uso del tapabocas del 84%, persiste un porcentaje alto en la población colombiana que todavía no ha pensado en vacunarse. Esto genera un desafío pedagógico para el Plan Nacional de Vacunación, que busca lograr que por lo menos el 70% de la población colombiana tenga completo su esquema de vacunación.
Adicionalmente, los colombianos desean con justa razón un retorno a la presencialidad, para así poder recuperar sus rutinas, de acuerdo con su proyecto de vida. Sin embargo, es importante insistir en todas las medidas de bioseguridad y en la disciplina para ese retorno progresivo y seguro, muy especialmente teniendo en cuenta que, de acuerdo con los resultados de la encuesta, los colombianos manifiestan que entre sus prioridades están asistir a lugares públicos (38%), ir a restaurantes (35%) y viajar por Colombia (30%).
Frente a la situación actual y a la pérdida de las medidas de bioseguridad por parte de algunos, la pregunta es: ¿se ha perdido el miedo al virus y a sus variantes aun cuando las investigaciones presentan cómo se propaga más rápidamente? Precisamente el foro evidenció los peligros de bajar la guardia frente al desafío del Covid-19. Entre las 74 recomendaciones que recogen una perspectiva jurídica, económica, de salud y por supuesto pedagógica, se destaca la importancia de reflexionar sobre:
- La compra de más vacunas
- La producción de vacunas en el país
- La creación e implementación de estrategias de comunicación efectivas para generar más confianza sobre los beneficios de la vacunación, sin polarización entre quienes están a favor y en contra de las vacunas
- Una mayor disponibilidad de puntos y horarios de vacunación
- Jornadas de vacunación domiciliaria para población con necesidades especiales
- La promoción de incentivos, tomando como ejemplo los que existen para motivar las personas a votar
- Recompensas por vacunación para grupos específicos
- Un seguimiento en las fronteras del país
- Mayor rastreo y aislamiento selectivo cuando se requiera
- El fortalecimiento del sistema de salud colombiano
- Una tercera dosis de refuerzo para grupos poblaciones prioritarios
Ahora bien, el centro del debate para los colombianos, sin duda, es la obligatoriedad de aplicación de la vacuna y hasta dónde debe llegar el Estado para garantizar la salud pública en una situación de pandemia. Frente a esto, la encuesta refleja que los colombianos están totalmente de acuerdo con que se exija el carné de vacunación para viajes internacionales (52%), eventos públicos masivos (50%), viajes nacionales (48%), ingreso a estadios y eventos deportivos (48%), el regreso al trabajo presencial (43%) y para la asistencia a colegios y universidades (39%).
Teniendo en cuenta estas cifras, es hora de cambiar el paradigma de acostumbrarnos a vivir entre picos y valles de contagio. El compromiso de todos los sectores en Colombia debe ser el de cortar las cadenas de transmisión, tomando las medidas de bioseguridad con disciplina mientras se acelera nuevamente el Plan Nacional de Vacunación. Lo anterior, acompañado de estrategias pedagógicas que demuestren que las vacunas no solo son un derecho, sino el camino seguro para el bienestar de todos los colombianos.