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Entrevista a Sandra Valenzuela Directora de WWF Colombia

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Categoría: Opinión
Sandra Valenzuela

La Directora de WWF tiene una importante experiencia en áreas protegidas y en temas de conflictos por uso, tenencia y propiedad de la tierra. Además de haber sido Directora Territorial de la Región Amazónica en Parques Nacionales, ha jugado un rol estratégico en la consolidación del Sistema Nacional de Áreas Protegidas con una notable participación en la Comisión Mundial de Áreas Protegidas de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).

  • ¿Por qué es importante que las organizaciones asuman como un compromiso la Responsabilidad Social Empresarial?

A medida que la crisis climática y de pérdida de biodiversidad se agudizan, los impactos económicos sobre los gobiernos, el sector privado y las personas son más evidentes. La humanidad depende totalmente del mundo natural y de la variedad de servicios directos e indirectos que ésta proporciona. Por esto, el sector empresarial, que mueve gran parte de la economía global, tiene la responsabilidad de asegurar que, los recursos naturales y los servicios ecosistémicos que permiten la existencia de sus negocios, sean usados de forma sostenible. Es decir, las empresas tienen el gran reto de generar y apoyar soluciones innovadoras y amigables con el medioambiente, que les permitan ser resilientes frente a las nuevas condiciones del planeta.

  • En Colombia ¿Qué tan comprometidas están las empresas con la RSE?

Las empresas cada vez reportan más sus acciones de responsabilidad social empresarial y desempeño en aspectos ASG (ambiental, social y de gobernanza). En el caso de Colombia y,           con base en las empresas cotizadas en las bolsas nacionales de Latinoamérica, somos el país con mayor porcentaje de empresas con reportes (69,1%) de sostenibilidad[1]. Actualmente, según la base de datos global del GRI, el sistema de reporte de sostenibilidad más utilizado, 55 entidades colombianas están reportando su gestión en temas ambientales, sociales y de gobernanza.

Si nos vamos a lo regional, por ejemplo, en Antioquia, un grupo de empresas, gremios, e incluso universidades, se han comprometido a través de la iniciativa Unidos por el Planeta      que nosotros respaldamos, con programas y proyectos de resiliencia climática, recuperación de áreas degradadas, incentivos a la conservación, movilidad activa y manejo integral de residuos sólidos. En general, las entidades regionales y gremios han impulsado iniciativas para que las empresas incorporen en su estrategia temas de sostenibilidad. Y, a su vez, las empresas empiezan a responder a la demanda de los consumidores más exigentes y conscientes sobre el impacto de los productos en la naturaleza. Sin embargo, aunque la incorporación de consideraciones climáticas en la estrategia de las empresas es cada vez más frecuente, todavía hay un largo camino por recorrer.                                                                           

  • ¿Cómo promueven desde WWF las buenas prácticas empresariales?  

Como una organización internacional de conservación, WWF Colombia busca trabajar con aquellos que tienen el compromiso e interés para reducir las amenazas más apremiantes a la diversidad de la vida en el planeta a través de: la promoción de una producción y abastecimiento más responsable y sostenible;  la transición del uso de combustibles fósiles a energías limpias; el fomento del accountability ambiental, con el desarrollo de objetivos basados en la ciencia y prácticas de transparencia (como medir, reportar y verificar);   la promoción de una cultura ambiental y la reducción de la huella ecológica en los individuos; y el incremento del impacto de las acciones de conservación que preserven los ecosistemas, disminuyan los riesgos y permitan una sostenibilidad a largo plazo.      

Nuestro trabajo con el sector corporativo ha incluido diversas alianzas con el propósito de apoyar la reducción de la huella ecológica de empresas y sectores claves con el fin de cumplir objetivos de conservación que incluyan generar cambios en el comportamiento empresarial con acciones concretas en temas como custodia del agua[2];biodiversidad; cadenas abastecimientos sostenibles; comunicaciones para el consumo responsable; mercadeo con causa en alianza con marcas y productos alineados a nuestra misión; y promoviendo alianzas entre el sector público y privado para hacer frente a la crisis climática. Por ejemplo, hacemos parte del Pacto Intersectorial por la Madera Legal en Colombia, una iniciativa de articulación entre múltiples actores de los sectores público y privado para enfrentar de manera firme y decidida el grave problema que representa el tráfico forestal ilegal en el país.

También, junto con 17 organizaciones públicas y privadas, en el marco del Task Force de Inversión Responsable, articulamos esfuerzos institucionales, experiencias, y buenas prácticas para fortalecer la colaboración en materia de inversión sostenible y responsable en Colombia y así movernos hacia una economía baja en carbono, enmarcada en el respeto de los derechos humanos y alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París.

  • ¿Cuáles son los mayores riesgos climáticos, sociales y ambientales a los que se deberán enfrentar los líderes empresariales en el mediano plazo?

La sostenibilidad económica y social sólo es posible en un planeta saludable. Está demostrado que la biodiversidad es la base de un progreso económico y social genuino, y      apoyar la conservación del medio ambiente es salvaguardar los insumos para seguir produciendo y garantizar que los costos de producción no sigan incrementándose. Esto implica asumir la responsabilidad que demanda el uso racional de los recursos naturales y el desarrollo de actividades productivas sin agotar los sistemas de soporte para la vida.

En este momento, enfrentamos un triple desafío: satisfacer las necesidades alimentarias      de una población creciente, mantener el calentamiento global por debajo de 1,5°C para finales de siglo, y detener y revertir la pérdida de la biodiversidad.

A medida que la crisis climática y de pérdida de biodiversidad avanzan, los impactos económicos sobre los gobiernos, el sector privado y las personas son más evidentes. Así lo confirma el informe de riesgos globales del Foro Económico Mundial: en la edición de 2010      los riesgos ambientales ni siquiera se discutieron, mientras que en la de este año fueron identificados como la principal amenaza para el crecimiento económico y la prosperidad en todo el planeta. Nuestro bienestar depende de la naturaleza en todas las esferas, tanto así que, según esta misma entidad, más de la mitad del PIB mundial, 44 billones de dólares, están potencialmente amenazados por la pérdida de la naturaleza.

  • ¿Qué acciones deberían adoptar las empresas para afrontar dichos riesgos?

Las organizaciones deben acelerar su transición hacia la transformación del negocio y operación para que las cadenas de producción realmente sean sostenibles bajo diferentes tipos de métricas. Deben de adoptar, entre otros aspectos, energías renovables, sistemas de producción más limpios y modelos de negocio que generen impactos positivos; adelantarse a las restricciones de mercado por temas socioambientales en su cadena de negocio y cambios en la preferencia de los consumidores; cuidar su reputación con acciones que mitiguen su impacto sobre la naturaleza y adaptarse a los eventos climáticos más agudos y frecuentes, así como al agotamiento de recursos naturales. Estas acciones pueden ser desarrolladas tanto en las operaciones de las empresas y negocios, como en su cadena de valor, aguas arriba o aguas abajo. La producción debe buscar integrar la valoración del uso de biodiversidad, la salud de los ecosistemas de los cuales depende, las afectaciones climáticas del negocio y la salud humana. Las empresas deben ser parte activa y contribuir por el pacto por la naturaleza y contribuir con una mayor ambición para cumplir las metas de país y globales en cuanto a reducción de emisiones y conservación de nuestra biodiversidad. 

El sector corporativo debe considerar todos los pasos de la «escalera de gobernanza» para gestionar los riesgos ambientales, desde el conocimiento y reconocimiento de su relación con el capital natural en su cadena de valor, así como los riesgos operativos que se presentan y cómo manejarlos internamente hacia acciones colectivas, con su sector y/o partes interesadas, el advocacy por cambios en políticas en favor de la naturaleza y la restauración ecológica estratégica y voluntaria. Así, las empresas que reconozcan el surgimiento y la necesidad de una economía positiva con la naturaleza, se anticipan y pueden gestionar mejor los riesgos, beneficiándose de una reputación positiva y de la atención de los inversores.

  • ¿Qué tipo de transformaciones se necesitan en los próximos años para evitar que el planeta colapse?

Las transformaciones esperadas que deberán ocurrir en los próximos 30 años son[3]:

  • Eliminar a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial para 2030 y alcanzar cero emisiones líquidas para 2050. Esto implica que fuentes renovables sean responsables por más de 80% de las energías y se incremente la remoción de CO2; 
  • Detener y revertir la pérdida de biodiversidad y poner la naturaleza en el camino de la recuperación hasta 2030, para lograr un futuro positivo para la naturaleza en beneficio de todas las personas y del planeta; 
  • Para acabar con el hambre en el mundo para 2050, debemos producir un 50% más de alimentos. Mientras tanto, el impacto ambiental y la pérdida de biodiversidad de esa producción de alimentos deben disminuir en dos tercios para proteger la salud humana y planetaria; 
  • Los flujos de desechos como los plásticos de un solo uso deberán eliminarse para restaurar los océanos del mundo y será necesario reducir en gran medida la contaminación para proteger la naturaleza y la salud humana. Esto implica la creación de una economía casi totalmente circular para 2050.    
  • En cuanto a la latente preocupación sobre el cambio climático ¿cuál es el rol que deben asumir los empresarios para mitigar sus efectos?

El sector corporativo debe ser el líder para la transformación, capitalizando las oportunidades que surgen en una economía de bajo carbono y que busca ser positiva con la naturaleza, y gestionando mejor los riesgos.

El sector privado cada vez es más consciente de esto, por lo que, con el fin de enfrentar los diferentes desafíos sociales, que incluyen la protección, la adecuada gestión y restauración de los ecosistemas, muchas empresas se han comprometido con reducciones significativas en sus emisiones de gas efecto invernadero (GEI), una mayor transparencia en sus huellas de carbono, planes para convertirse en carbono neutral para 2050 y otros objetivos climáticos.

No obstante, este impulso que está guiado por la determinación del sector privado de desempeñar un rol de liderazgo en la acción climática global se enfrenta a considerables obstáculos, entre ellos: establecer objetivos climáticos basados en la ciencia, y alineados a los compromisos nacionales y globales de reversión de la pérdida de biodiversidad, contaminación y a los objetivos de desarrollo sostenible, elaborar estrategias de sostenibilidad y comunicar sus compromisos, estrategias y metas al público.

Redireccionar las empresas, y nuestra economía, hacia un futuro de cero emisiones netas y positivos con la naturaleza es el desafío de nuestro tiempo: necesitamos $75 billones de USD en inversiones para cumplir con el Acuerdo de París, además de un tremendo ingenio y voluntad de cambio. La respuesta debe basarse en los esfuerzos de cada uno en un horizonte a largo plazo: las empresas deben, simultáneamente, reducir sus propias emisiones, descarbonizar su cadena de valor, impulsar la innovación para crear soluciones para las emisiones más difíciles de reducir, y comprometerse sobre cómo alcanzar a ser positivo con la naturaleza[4].

Existe la preconcepción de que, económicamente, es más costoso ser sostenible en los sistemas de producción de la empresa, lo cual no es cierto y ya hay muchas empresas que han venido generando sus procesos de transformación, conllevando a incrementar eficiencias, y generando una propuesta de valor muchísimo mas rentable económica, social y laboralmente hablando.

  • Ante las modalidades de trabajo que surgieron a raíz de la pandemia, ¿Qué aspectos se deberán tener en cuenta para adoptar medidas de RSE?

Las empresas deben verificar cómo generar eficiencia en sus operaciones, así como impulsar a una movilidad más sostenible que reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero y otros contaminantes, como compartir los vehículos, flexibilización de horarios, uso de medios de transporte más limpios e incluso promover un estilo de vida más sostenible y amigable con el planeta.


[1] GRI & AG Sostenibilidad, Divulgación ASG  y Sostenibilidad en Mercados de Capitales, Una Mirada a Latino América.

[2] WWF define la Custodia del Agua para los negocios como un compromiso hacia el manejo sostenible del recurso hídrico compartido de interés público a través de las acciones colectivas con otras empresas, gobiernos, organizaciones no gubernamentales (ONG) y comunidades. En general, se empieza con el mejoramiento en el uso de agua y reduciendo los impactos internos y en la cadena de valor de las operaciones relacionados con el recurso, pero yendo más allá para poder influenciar la gobernanza del recurso en las cuencas de interés.

[3] United Nations Environment Programme (2021). Adapt to Survive: Business transformation in a time of

uncertainty. UNEP, Nairobi

[4] WWF 2020, Beyond Science-Based Targets: A Blueprint For Corporate Action On Climate And Nature

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