En un mundo donde la búsqueda de la eterna juventud parece no tener límites, las terapias con péptidos han resultado ser una promesa para retrasar el envejecimiento. Pero, ¿qué tan viables son estas opciones en Colombia?
El doctor Joaquí, especialista en medicina regenerativa, péptidos y células madre, explica los alcances, riesgos y desafíos de estos tratamientos en el país.
Según el experto, aunque los péptidos —que son pequeñas cadenas de aminoácidos— han ganado popularidad por su potencial antienvejecimiento, la evidencia científica sólida en humanos aún es limitada.
«Existen estudios prometedores en laboratorio y animales, pero los ensayos clínicos en Fase III o meta-análisis concluyentes sobre su eficacia y seguridad en humanos son escasos o están en desarrollo«, afirma el doctor Joaquí.
Gran parte de la investigación actual se centra en entender cómo funcionan, por ejemplo, reduciendo la inflamación o estimulando la producción de colágeno, pero su uso en humanos sigue basándose, en muchos casos, en datos preliminares o anécdotas clínicas.
En Colombia, el panorama regulatorio es otro desafío. El INVIMA no ha aprobado ningún péptido específicamente para el antienvejecimiento, lo que significa que su uso en este ámbito se considera «off-label» (fuera de la indicación autorizada).
Un ejemplo es la oxitocina, un péptido aprobado para inducir contracciones en el parto, pero que algunos médicos emplean «off-label» para posibles beneficios en salud ósea y muscular. «La falta de aprobación específica implica que no hay supervisión estricta sobre su fabricación, dosificación o efectividad para estos fines», advierte el especialista.
Los riesgos no son menores. Los efectos secundarios pueden incluir desde reacciones locales como dolor e hinchazón, hasta alteraciones hormonales o daño hepático y renal, especialmente si se usan productos de baja calidad.
Además, están contraindicados en embarazadas, pacientes con cáncer activo, enfermedades autoinmunes graves o trastornos de coagulación. «Una evaluación médica exhaustiva es esencial antes de considerar cualquier terapia con péptidos», enfatiza el doctor Joaquí.
A pesar de los desafíos, los péptidos podrían ofrecer ventajas teóricas frente a otras terapias antienvejecimiento, como hormonas o antioxidantes. Su acción más específica y su capacidad para modular procesos naturales —como la producción de colágeno— podrían traducirse en menos efectos secundarios. Sin embargo, el experto aclara que estos beneficios aún requieren más investigación.
En cuanto a accesibilidad, estas terapias no son para todos los bolsillos. «Los péptidos de calidad, especialmente los inyectables, son costosos debido a la complejidad de su desarrollo y cadena de suministro», explica el doctor Joaquí.
Además, no están cubiertos por el sistema de salud ni por la mayoría de seguros privados, ya que carecen de aprobación específica para el antienvejecimiento.
Sobre los resultados realistas, el especialista es claro. «No son una fuente de juventud». Mejorar la elasticidad de la piel, reducir el dolor articular u optimizar la función metabólica son metas alcanzables, pero revertir la edad biológica de forma dramática es, por ahora, un mito. «El enfoque debe ser mejorar la calidad de vida, no buscar milagros», sostiene.
En Colombia, algunas clínicas ya exploran combinaciones innovadoras, como péptidos con células madre o exosomas, para potenciar efectos regenerativos. No obstante, estas terapias están en fase experimental y deben aplicarse bajo estricta supervisión médica.
Para quienes deseen explorar estas opciones, el doctor Joaquí recomienda buscar profesionales especializados, exigir certificados de calidad y evitar productos «milagro» en internet. «La precaución y la información son clave», concluye.