La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) propuso el desarrollo de la agricultura y la ganadería sostenible como políticas para encarar la recuperación económica y ambiental de América Latina tras la pandemia del Covid-19.
«Combinar productividad, medioambiente e inclusión social es un desafío muy complejo, pero es posible lograr que la ecuación cuadre, no es una quimera», afirmó el representante regional de la FAO, Julio Berdegué.
En su informe «Hacia una agricultura sostenible y resiliente en América Latina y el Caribe», el organismo analizó siete casos reales de producción alternativa en la región y concluyó que «además de ser más sostenibles también resultaron ser más productivos y generaron más ingresos» que contribuirían a la recuperación tras la pandemia.
«Existen opciones de transformar la agricultura sin afectar su rentabilidad y que, por el contrario expanden beneficios económicos, sociales y de innovación y generan empleo», consigna el documento.
En Ecuador, un proyecto de ganadería inteligente permitió que 1.056 ganaderos incrementaran su producción de leche y aumentaran sus ingresos gracias a técnicas como el pastoreo rotativo que evitó la emisión de 24.000 toneladas de gases de efecto invernadero, según consigna el informe.
En México, más de 1.800 agronegocios redujeron 6 millones de toneladas de CO2 gracias a una propuesta de fomento de tecnologías eficientes aplicada en negocios de ganado de vacuno, porcicultura y avicultura.
«Para estos productores no es fácil hacer tantos cambios. Los esfuerzos de transformación deben entenderse y apoyarse con financiamiento. Esto no se hace sin inversión», agregó Berdegué.
La FAO también destacó una iniciativa uruguaya, que demostró que es posible reducir hasta en un 70 % el uso de herbicidas en un ciclo de producción de soja, y un acuerdo entre un grupo de pequeñas empresas familiares en Chile, que redujeron su consumo de energía, agua y plaguicidas y aumentaron un 15 % sus beneficios.
Iniciativas similares en Guatemala, Colombia, Brasil, Surinam y Trinidad y Tobago demostraron que es posible generar empleo al tiempo que se lleva a cabo un mejor manejo forestal comunitario para conservar los bosques, reducir la pesca no intencionada o proteger la biodiversidad.
Latinoamérica, la región con más desigualdad del mundo, es también la más golpeada por la pandemia del coronavirus, que la ha hundido en su peor recesión en más de un siglo y se ha llevado por delante los avances en reducción de pobreza conseguidos en los últimos años.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la economía de la región se contrajo un 7,7 % en 2020 y las tasas de pobreza y pobreza extrema se dispararon hasta el 33,7 % (209 millones de personas) y el 12,5 % (78 millones), niveles que no se veían en los últimos 12 y 20 años, respectivamente.
«No vamos a salir de este hoyo si no logramos incentivar el sector agroalimentario, y lo que tenemos que decir es en qué invertir: en soluciones tradicionales o nuevas propuestas que generen transformación», concluyó.
EFE