La tecnología en el sector de las finanzas se convierte en aliado para los emprendedores que desean acceder a recursos, los cuales muchas veces les son esquivos en los mecanismos financieros tradicionales.
El acceso a capital es uno de los principales palos en la rueda al cual se enfrentan muchos líderes que llevan las riendas de empresas emergentes, dado que las opciones más clásicas de acceso a recursos, como bancos y otras entidades financieras, no suelen tener mucha disposición a la hora de facilitar préstamos a compañías que se encuentran en etapas iniciales.
En Colombia 22,7 % de las empresas identifica el acceso a financiación como su mayor obstáculo para el crecimiento y la inversión, comparado con 17,5 % en América Latina, según datos del Banco Mundial.
Además, el reto es mayor para las empresas pequeñas y emergentes, para las cuales dicho porcentaje alcanza el 24,6 %. Por ello, la opción de financiamiento fintech se perfila como una de las posibles soluciones a esta problemática.
Dado el rápido crecimiento del sector, el universo de créditos para startups y mipymes en Colombia es cada vez más amplio, al punto de que incluso hay jugadores enfocados en actividades o segmentos específicos, como el agro, la importación o los emprendimientos liderados por mujeres.
El desarrollo de la industria se ha visto impulsado con la contingencia sanitaria, según lo menciona un reciente informe de Colombia Fintech, pues el sector es ahora el tercer destino de inversión en Latinoamérica. A nivel mundial, la pandemia provocó un alza de 72% en el uso de aplicaciones fintech.
De acuerdo con datos de la Superintendencia Financiera, actualmente el índice de adopción fintech en el país es de los más altos, con cerca de un 76%. La entidad recalca que esto es una fortaleza y no una amenaza para el sector financiero, no solamente porque permite que se atiendan otros nichos en materia de financiamiento, sino porque son disruptivos tecnológicamente en un escenario que empieza ya a ser completamente digitalizado.
Hoy en día cerca de 320 firmas conforman el ecosistema fintech en el país, generando unos 9.300 empleos, y participando en la inyección de liquidez en la economía. La inversión en la industria fintech local superó los USD 187 millones durante el 2020, registrando un alza de 212% frente a los datos de 2016.
Variedad de instrumentos para la financiación
De acuerdo con un informe del Consejo Nacional de Competitividad, para 2019 el perfil de Colombia en materia de financiación empresarial le daba un puntaje de 3,2 sobre 7 en torno a la disponibilidad de capital emprendedor, y de 3,9 en cuanto al financiamiento para pymes.
La entidad resalta también la diversidad de instrumentos según la etapa de desarrollo en la que se encuentran las empresas que acuden a mecanismos de financiamiento. En la etapa inicial de desarrollo de un negocio las fuentes de financiación son limitadas debido a las asimetrías de información entre emprendedores e inversionistas producto de la falta de trayectoria de la empresa, lo que deja un vacío importante a la hora de analizar su potencial.
Los instrumentos tradicionales de deuda y capital están diseñados para financiar activos tangibles con precios de mercado definidos, por lo que la financiación se obtiene generalmente mediante una mezcla de capital y deuda proveniente de recursos propios, familia, amigos y otros aportadores que cuentan con un poco más de información sobre la empresa y el emprendedor.
Una vez que la empresa está en marcha, puede acceder a productos de deuda como micro finanzas y, en el caso de capital, existe el capital semilla o los inversionistas ángel. Tanto en deuda como en capital, las fintech de finanzas alternativas son cada vez más relevantes para conseguir recursos.