Mucho interés ha despertado el escenario de precios mundiales de los últimos meses. Como pocas veces en los últimos años, el término inflación está en boca de expertos y desconocedores. El tema en común es el incremento global y generalizado de precios.
En EE.UU. el dato de inflación por encima del 6 % superó las expectativas de los más pesimistas. No solo eso, el guarismo es el más alto desde noviembre de 1990. Incluso cuando se excluyen los números de los combustibles y alimentos, la inflación en ese país presentó un incremento del 4,6 % anual.
En otras latitudes el escenario es similar: España alcanzó una inflación del 5,4 %; Alemania, 4,5 %; Reino Unido, 4,2 % y Canadá, 4,7 %. En el vecindario latinoamericano, excluyendo a los malos ejemplos de las últimas décadas, el panorama es variopinto.
Mientras en Chile la inflación alcanzó el 6 % y en Brasil superó el 11 %, en Ecuador apenas se ubicó en 1,5 % y en Perú fue del 1,6 %. Colombia, como ya es sabido, quedó en la mitad de la tabla con una variación del 4,6 %.
Ahora bien, las preguntas que surgen en este punto se centran en por qué tanto alboroto por la inflación global y local, qué está causando la subida de precios y si este será un fenómeno transitorio o si se trata de algo estructural estructural.
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