El 2020 será recordado como el año con menor inversión extranjera directa (IED) recibida en América Latina y el Caribe en la última década. En un contexto de grave crisis sanitaria, económica y social generada por la pandemia, la región recibió durante el año US$105.480 millones por este concepto, lo que representa un 34,7% menos que en 2019 y 51% menos que el récord histórico alcanzado en 2012.
A nivel mundial, los montos de IED se redujeron un 35%, alcanzando aproximadamente US$1 billón, lo que representa el valor más bajo desde 2005. Latinoamérica se encuentra en una tendencia decreciente desde 2013, lo que ha dejado en evidencia la relación entre los flujos de IED y los ciclos de precios de las materias primas, principalmente en algunos países de América del Sur.
De acuerdo la CEPAL el contexto internacional sugiere que los flujos mundiales de IED tendrán una recuperación lenta y dispar. La búsqueda de activos en sectores estratégicos para la reactivación y planes públicos de transformación de la estructura productiva (infraestructura, industria de la salud, economía digital) indica que gran parte de estas operaciones tendrían como destino Europa, América del Norte y algunos países de Asia, aumentando las asimetrías globales…
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