Más de 900 mujeres en Colombia y México han accedido a formalización laboral y capacitación técnica a través del modelo operativo de Super Wow.
Durante años, la labor de las manicuristas en los salones de belleza ha estado marcada por bajos niveles de formalización, escaso reconocimiento profesional y reducidas oportunidades de ascenso. Aunque la demanda por servicios de cuidado personal ha crecido, miles de mujeres en Colombia aún enfrentan barreras de acceso a formación, estabilidad económica y condiciones laborales dignas.
En ese escenario, Super Wow cumple 12 años impulsando un modelo orientado a la profesionalización y la formalización del oficio. Lo que nació como un pequeño local de manicura en Bogotá evolucionó hacia una red operativa que, según cifras de la organización, ha permitido formalizar a más de 900 mujeres en Colombia y México.
La iniciativa surgió al identificar la necesidad de fortalecer un sector históricamente informal. Hoy, la marca opera en Bogotá, Medellín, Cali, Cartagena, Villavicencio e Ibagué, además de contar con presencia en Ciudad de México, y reporta ventas anuales superiores a $60.000 millones, con crecimiento sostenido en la última década.
Uno de los ejes centrales de la organización es su componente social: más del 50% del equipo está compuesto por mujeres cabeza de hogar. Para elevar los estándares técnicos y ofrecer rutas de crecimiento profesional, la organización implementó la SuperWow Academy, un sistema de formación continua que combina capacitación técnica con herramientas para el desarrollo personal y financiero de las manicuristas.
“Cuando fundé Super Wow, mi propósito iba más allá de pintar uñas; se trataba de devolverle valor y poder económico a la manicurista. En 12 años hemos visto cómo una labor subestimada puede convertirse en el sustento principal de muchos hogares”, señala Liliana Franco, fundadora de la empresa.
Según Andrés Torres, socio de la organización: “El proceso de expansión también ha estado impulsado por la estructura operativa y por un modelo de franquicias que ha permitido consolidar un crecimiento estable. La escalabilidad del modelo nos ha permitido fortalecer la presencia de la marca en diferentes regiones y continuar invirtiendo en la capacitación de las manicuristas”.
La operación también refleja dimensiones comerciales y de alcance: la organización realiza más de 1 millón de servicios al año, mantiene un ritmo de apertura de 8 a 10 tiendas anuales y ha desarrollado una línea propia de productos de cuidado personal, que incluye esmaltes formulados para su comercialización en cadenas de retail de amplia cobertura nacional.
En definitiva, la experiencia de Super Wow ilustra cómo un esquema de negocio con énfasis social puede funcionar como plataforma de movilidad económica para mujeres en contextos de informalidad. Tras doce años, el proyecto pone en evidencia la importancia de la capacitación, la formalización y la estabilidad económica para fortalecer un oficio mayoritariamente femenino.