Según estimaciones del Banco Mundial, para el año 2050 se necesitarán más de 3.000 millones de toneladas de metales y minerales para facilitar la transición hacia un uso generalizado de energías renovables como la eólica, solar y geotérmica, así como para el almacenamiento de energía en baterías.
En un contexto en el que el cuidado de los recursos naturales y el medio ambiente son cada vez más prominentes, el sector minero debe comprometerse a liderar la transición hacia prácticas sostenibles en su operación. Reconociendo la importancia de adoptar un enfoque integral de economía circular, maximizar el uso de los materiales y recursos empleados en sus operaciones.
Según estimaciones del Banco Mundial, para el año 2050 se necesitarán más de 3.000 millones de toneladas de metales y minerales para facilitar la transición hacia un uso generalizado de energías renovables como la eólica, solar y geotérmica, así como para el almacenamiento de energía en baterías. Si bien esta demanda representa una gran oportunidad, también plantea un importante desafío: asegurar que los beneficios climáticos superen cualquier impacto adicional asociado al aumento de la producción. Para ello, la industria minera debe comprometerse con la reducción de su huella de carbono, hídrica y de materiales, y contribuir a la creación de valor económico, social y ambiental.
La descarbonización global ofrece una oportunidad económica significativa, estimada en aproximadamente US$50 mil millones anuales hasta 2050, para el sector de metales y minerales en América Latina y el Caribe. Sin embargo, para aprovecharla plenamente, es crucial avanzar rápidamente hacia prácticas mineras sostenibles que no solo aumenten los beneficios económicos, sino que también mejoren el impacto social y ambiental. Esta transformación es fundamental para aliviar las tensiones actuales que enfrentan los proyectos mineros en las regiones. Una estrategia prometedora en este sentido es la adopción de principios de economía circular.
La economía circular es un marco de soluciones sistémicas que aborda desafíos globales como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, los residuos y la contaminación. Según la Fundación Ellen MacArthur, la economía circular se basa en tres principios fundamentales, todos impulsados por el diseño: eliminar los residuos y la contaminación, mantener los productos y materiales en uso (preservando su valor máximo) y regenerar los sistemas naturales. Estos objetivos se alcanzan mediante la optimización de recursos, la innovación tecnológica y el desarrollo de nuevos enfoques empresariales.
En respuesta a esta necesidad, el Grupo Coquecol ha implementado prácticas sostenibles en el sector minero, enmarcadas dentro de su estrategia de sostenibilidad. Como resultado, durante los años 2022, 2023 y 2024, ha gestionado el aprovechamiento de aproximadamente 276.620 toneladas de coproductos, integrando así un modelo de economía circular. Además, comparte las recomendaciones más relevantes para que las compañías del sector sigan contribuyendo positivamente a las comunidades, al medio ambiente y, en general, al país:
1. Alargar el ciclo de vida útil de los recursos, desde el diseño y la concepción de proyectos. Las empresas mineras deben esforzarse por prolongar y recircular el mayor tiempo posible interna y externamente. Este enfoque no solo implica optimizar el consumo de agua, energía y otros insumos, sino también reducir la generación de residuos y optimizar el uso de materias primas desde el diseño de los productos principales. Un ejemplo de esto es la construcción de la planta de lavado Parnaby de Grupo Coquecol que, mediante sistemas automáticos para el control de calidad del agua y la formulación exclusiva de mezclas de materias primas adaptadas, brinda una necesidad de calidad y requisitos de cliente.
2. La colaboración y la integración con diversos actores internos y externos, desde gremios y comunidades hasta instituciones de educación y gubernamentales, las empresas deben buscar establecer alianzas que promuevan el desarrollo de un ecosistema integral basado en la economía circular. Al potenciar la simbiosis industrial y fomentar comunidades resilientes, el Grupo Coquecol crea un entorno propicio para la innovación y el crecimiento sostenible.
3. Impulsar la innovación, la investigación aplicada y el desarrollo, a través de la apropiación y adaptación del conocimiento, las empresas mineras deben buscar soluciones que aceleren, viabilicen e implementen iniciativas rentables desde el punto de vista económico, social y ambiental. Esta inversión en tecnologías y prácticas innovadoras no solo asegura la competitividad a largo plazo de la empresa, sino que también contribuye al bienestar de las comunidades y al cuidado del medio ambiente.
4. Efectividad en los procesos, mantener la combinación sinérgica de eficiencia y eficacia, focalizándose en la optimización de recursos, tanto materiales como de insumos, durante los procesos, así como en maximizar la reutilización de los productos resultantes, con el objetivo de minimizar cualquier forma de desperdicio.
Andrea Sandoval, jefe de sostenibilidad del Grupo Coquecol, expresó que mediante la estrategia de economía circular la organización está dando cumplimiento a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de: energía asequible y no contaminante, agua limpia y saneamiento, trabajo decente y saneamiento económico, industria innovación e infraestructura, ciudades y comunidades sostenibles, acción por el clima, producción consumos responsables y vida y ecosistemas terrestres. “Grupo Coquecol se ha comprometido a liderar la transformación hacia una minería responsable y sostenible mediante el establecimiento de estándares de inspiración para toda la industria minera.”