De acuerdo con expertos de OlimpIA, las empresas deben adoptar IA defensiva para detectar amenazas en tiempo real, anticipando ataques antes de que generen daños irreparables.
La inteligencia artificial (IA) ha revolucionado la ciberseguridad al proporcionar herramientas avanzadas para la detección y prevención de amenazas. Sin embargo, también está siendo aprovechada por ciberdelincuentes para desarrollar ataques más sofisticados, como deepfakes, phishing avanzado y malware automatizado.
En Colombia, la adopción de esta tecnología ha crecido rápidamente, impulsando tecnologías que previenen los fraudes en línea como la ciberseguridad. Según Deloitte, el 94% de los líderes empresariales considera que la inteligencia artificial será clave para el éxito en los próximos cinco años. A su vez, un estudio de ManageEngine señala que el 86% de los profesionales del sector prevé que, para el 2026, más de la mitad de las soluciones de seguridad en sus empresas incorporarán inteligencia artificial.
No obstante, el avance en IA ha generado consigo que los ciberdelincuentes utilicen esta tecnología a su favor. De acuerdo con el informe Global Digital Trust Insights 2024 de PwC, el 28% de las empresas en el país reportaron pérdidas superiores a $1 millón de dólares por incidentes de seguridad digital en los últimos tres años. En el mundo esto representa un 33% de crecimiento en el último año.
Ante este panorama, Ricardo Pulgarín, director de productos y servicios en ciberseguridad de OlimpIA, empresa experta en ConfIAnza Digital, enfatiza en la necesidad de una gestión responsable de la inteligencia artificial. “En un mundo donde la IA puede ser tanto un escudo como una amenaza, es crucial adoptar enfoques proactivos, éticos y estratégicos que fortalezcan nuestra ciberseguridad y protejan los datos con inteligencia y responsabilidad”, afirmó.
Para mitigar los riesgos y reforzar la seguridad digital, el experto recomienda cinco estrategias clave:
- Sistemas de detección con IA: identificar patrones anómalos en tiempo real para mejorar la capacidad de respuesta ante ataques.
- Educación y concienciación: capacitar a empleados y usuarios sobre tácticas avanzadas como deepfakes y phishing automatizado para reducir su impacto.
- Autenticación multifactor: implementar biometría y/o tokens de acceso, para dificultar el ingreso no autorizado a sistemas sensibles.
- Marcos éticos y regulaciones claras: establecer políticas que guíen el uso responsable de la IA y prevengan su aplicación en actividades que comprometan la privacidad y seguridad de la información.
- Colaboración internacional: fortalecer el intercambio de información entre empresas y gobiernos para combatir de manera conjunta las amenazas cibernéticas.
El avance de la inteligencia artificial en la ciberseguridad exige una adopción estratégica para las empresas, basada en la regulación y ética para mantener un ecosistema digital más seguro y confiable para los usuarios o clientes.