En el más reciente informe de la OCDE sobre el panorama económico, la situación de Colombia es variopinta.
La economía de Colombia se proyecta para una tenue recuperación del 2.5 % en 2025 y del 2.6 % en 2026. En el primer trimestre, se vio algo de mayor dinamismo en la economía colombiana; sin embargo, todavía falta bastante para afirmar que la recuperación tienen bases sólidas.
En este sentido, si bien se espera que la inversión crezca, recuperándose de una caída histórica y favorecida por condiciones financieras más flexibles, queda la duda de en qué magnitud golpeará a este rubro la incertidumbre reciente. No hay que olvidar que el reporte no contempló los más recientes escándalos y movidas fiscales del Gobierno Nacional.
En cuanto a la inflación, tras una interrupción temporal a principios de 2025, se espera que retome su trayectoria descendente. Sin embargo, se mantendrá por encima del objetivo del 3% a lo largo de 2026.
Para la OCDE, las proyecciones indican una desaceleración gradual al 4.5 % para finales de 2025 y al 3.8 % para finales de 2026. En este punto, Colombia enfrenta una peligrosa disyuntiva por cuenta de los menores precios del petróleo, pues si bien esto reduce la presión sobre la inflación, también afectan negativamente a las exportaciones y los ingresos presupuestarios. De hecho, ya es bien sabida la ‘jugadita’ del Gobierno Nacional al buscar adelantar recaudo de 2026 para cubrir huecos de este año.
De hecho, la política fiscal se proyecta es una de las mayores debilidades del país tanto en 2025 como en 2026. La situación fiscal se deterioró significativamente en 2024, con un déficit general del 6.8 % y un déficit primario del 2.4 %. Se espera que los déficits se mantengan elevados, por cuenta de unos gastos irresponsables y unas proyecciones de ingresos más que optimistas. Cumplir las metas fiscales se ve cada vez más como una utopía.
Por los lados del mercado laboral, aunque el ente internacional destaca la caída del desempleo a cifras de un dígito, hay que decir que preocupa mucho la calidad del empleo que se viene generando. Es decir, el crecimiento de los cuentapropistas, así como de los ocupados en el sector público, distan mucho de reflejar una economía con bases sólidas.
Para la OCDE, es necesario que Colombia busque fortalecer la inversión y revitalizar el crecimiento de la productividad. Para ello se sugieren reformas estructurales que incluyen simplificar las cargas administrativas para las empresas, mejorar la infraestructura de transporte, desarrollar las capacidades de los gobiernos subnacionales y fortalecer la gobernanza macroeconómica, la transparencia y la certeza de las políticas. Una disciplina fiscal más estricta contribuiría a reducir la incertidumbre.
Desafortunadamente, este diagnóstico está más que entendido, el problema es de planeación y ejecución, algo en lo que no se avanzó nada en los últimos 3 años de política económica en el país.
Así las cosas, parece que lo único que queda por hacer es rogar que el tiempo pase rápido y se dé un cambio de gobierno, por uno que favorezca los conceptos técnicos sobre la ideología.