Durante el foro “Instrumentos Económicos de Carbono e Industrias Intensivas en Energía”, llevado a cabo en la Universidad EAN, líderes empresariales y expertos plantearon los desafíos que se derivan del proyecto de Ley de Financiamiento, la cual podría triplicar el impuesto al carbono en tan solo dos años, lo que generaría un fuerte impacto a industrias nacionales de alto consumo energético.
Según como está planteado el proyecto de ley, el impuesto al carbón pasaría de $17.447 pesos por tonelada, a $142.889 pesos por tonelada, es decir un incremento de del 719% para esta fuente energética, clave para la producción de materiales de construcción.
Según Alejandro Ramírez, presidente de la Junta Directiva de la Cámara Colombiana del Cemento y el Concreto (PROCEMCO) y Presidente de Cemex Colombia y Perú, “la industria cementera en Colombia fue el primer sector en presentar un plan de reducción de emisiones para 2030, y en 2023, planteamos la estrategia para alcanzar la neutralidad de carbono en 2050. Apoyamos la implementación de medidas para la mitigación de emisiones, pero estas deben ser razonables y graduales, de modo que se mantenga la competitividad, se logre una descarbonización efectiva y se evite impactar la producción local.
Durante el encuentro, se planteó el riesgo de que se produzca en Colombia una “fuga de carbono”, fenómeno que ocurre cuando las empresas trasladan su producción a países con políticas climáticas menos gravosas, o cuando los productos nacionales son sustituidos por importaciones más intensivas en carbono. “Esto genera un efecto dominó, con múltiples consecuencias negativas, como pérdida de empleos, disminución de la competitividad industrial, menor aumento fiscal y debilitamiento de las políticas climáticas del país”, destacó Alejandro Ramírez.
Además, PROCEMCO advirtió que el clinker producido en Colombia, podría enfrentar sobrecostos directos, lo cual supone una diferencia sustancial para la competitividad de los productores nacionales, dado que el cemento es un commodity, lo que además implicaría un posible incremento de importaciones, desplazando la producción nacional.
Otro desafío planteado durante la agenda fue la importancia de invertir el impuesto al carbono en estrategias de descarbonización, que aporten a la acción climática global. Esto teniendo en cuenta que, en el marco de la Ley de Financiamiento, aunque el impuesto al carbono se triplicaría, su destino para la protección del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático se reduciría del 80% al 27% de lo recaudado.
“El Secretario Ejecutivo de Cambio Climático de la ONU anunció que, cuando entren en funcionamiento los mercados de carbono, los países podrán implementar sus planes climáticos de manera más rápida y económica, reduciendo las emisiones. En la medida en que los planteamientos de Colombia sean compatibles con los protocolos internacionales y recojan los aprendizajes de otras experiencias internacionales para las industrias intensivas en energía, lograremos una descarbonización efectiva y real en beneficio de todos”, concluyó Manuel Lascarro, Director General de PROCEMCO.