Los efectos de la pandemia se han visto en todos los sectores de la economía y en todos los niveles sociales. Un estudio de la firma Bain & Company, ahonda sobre estas consecuencias en el mercado laboral, especialmente frente a las dificultades que han sobrellevado las mujeres en el último año.
En Colombia, por cada hombre desempleado hay dos mujeres que no tienen empleo a causa de la pandemia. De acuerdo con el DANE, en el 2020, se registraron 2.5 millones de mujeres sin empleo.
Una encuesta realizada por la empresa de ciberseguridad Kaspersky mostró el impacto en el sector de la tecnología, evidenciando que el 46 % de las mujeres lucharon por conciliar la vida laboral y familiar a lo largo de la pandemia, el 68 % dijo que hacían la mayor parte de las tareas del hogar, el 78 % aseguró que eran ellas las que se ocupaban de la educación de sus hijos en el período en que las escuelas estaban cerradas y el 46 % dijo que adaptaba más su horario a las cuestiones del hogar o al horario de sus hijos, a comparación de su pareja.
Un estudio de Bain & Company en asociación con LinkedIn muestra que las mujeres en puestos de menor nivel tienen una mayor necesidad de creer que tienen las habilidades necesarias para mantener la confianza, mientras que, las mujeres en puestos de liderazgo necesitan más de la red de apoyo para mantener alto su nivel de confianza.
Asimismo, persiste la desigualdad en las oportunidades profesionales para hombres y mujeres, sin embargo, la diferencia de percepción entre géneros se ha reducido desde 2013.
Solo el 36 % de las mujeres tienen igualdad en los procesos de selección para puestos ejecutivos o gerenciales. Entre los hombres, la tasa es del 51 %. La diferencia en la percepción permanece para las oportunidades de promoción y recomendación.
Las mujeres en los altos cargos reciben retroalimentación sobre los cambios de estilo y necesitan demostrar sus logros con más frecuencia que los hombres y reportan que sufren con mayor frecuencia eventos de exclusión y prejuicios en el lugar de trabajo.
El desempeño de la empresa en cuestiones de diversidad e igualdad de género aumenta sustancialmente el compromiso de los empleados. Hay empresas que son pioneras en este camino, reescribiendo su legado y, como resultado, disfrutando de los beneficios de esta práctica. Entre las mujeres encuestadas, solo el 26% recomendaría su empresa a amigos o familiares. Al estudiar solo al grupo que cree trabajar en una organización con buenas prácticas igualitarias, esta tasa se eleva al 63 %.
“Más que nunca es importante que las empresas adopten actitudes de inclusión para cambiar este escenario y no retroceder en los pequeños avances que venían haciendo hasta 2020”, destaca Catalina Fajardo, socia de Bain & Company.
Adicionalmente, la ejecutiva con base al estudio, recomienda asimilar la diversidad y la inclusión como un compromiso no negociable por parte de la alta dirección e incorporarlas a la visión, los valores y la cultura de cada organización, fomentando una cultura inclusiva al propósito fundamental de la empresa. Esta inserción permitirá contar con equipos de trabajo comprometidos y efectivos de cara a los objetivos organizacionales.