El café, producto insignia de la economía colombiana durante varios años, vive un auge cada vez mayor en lo que respecta a su consumo a nivel internacional, que lo ha llevado a convertirse en una de las bebidas más demandas. Sin embargo, en varios países productores dicha dinámica favorable contrasta con el bienestar de quienes integran la primera línea de la cadena productiva.
Diariamente en el planeta se consumen unos 2.500 millones de tazas, y para el año pasado el volumen del negocio en torno al café alcanzó los 450 mil millones de dólares, además de generar cerca de 25 millones de empleos en torno a esta actividad.
Latinoamérica es uno de los líderes en materia cafetera, pues alberga cerca del 70% de la producción global. Sin embargo, los beneficios que se perciben están lejos de equipararse a dicho porcentaje, y un ejemplo muy claro de ello se observa en Colombia.
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