Según el plan de Acción Indicativo PROURE, para el consumo de energía de la producción de níquel hay un alto porcentaje de participación del gas natural (54%), seguido por energía eléctrica (42%), diésel y gasolina (4%). Mientras que en la minería de carbón, se evidencia que el diésel es el energético de mayor consumo, seguido por la energía eléctrica.
El Valle del Cauca es uno de los departamentos fuertes en Colombia en minería, especialmente para la extracción de materiales de construcción. Sin embargo, en el sector también se posicionan con fuerza otros minerales como el carbón, calizas, metales preciosos, minerales industriales, metales, piedras preciosas, entre otros.
La gran paradoja en la actualidad es que pese a la gran necesidad que hay alrededor del mundo de este tipo de minerales, el sector minero es uno de los grandes contaminantes del medioambiente. Razón, que ha llevado a que diferentes empresas vallecaucanas decidan adherirse a los objetivos trazados dentro de los Acuerdo de París para promover el desarrollo de una minería sostenible, inclusiva e integrada como una nueva solución a esta actividad extractiva.
Cabe señalar que la Administración departamental confirmó que el Valle del Cauca cuenta con el primer Plan Departamental de Gestión Minero Ambiental que determinará la hoja de ruta para alcanzar prácticas mineras amigables con el ambiente.
Este tema, es una de las grandes apuestas de Azimut Energía en el país, compañía experta en proyectos de eficiencia energética en diferentes sectores industriales, y que se hizo el propósito de impulsar este tema en la región vallecaucana y en toda Colombia, llevando adelante proyectos con empresas de la talla de Prominerales, Argos, Arisol, Avensa, Agregados, Conasfaltos, Mineros SA, Pavimentar, Carbones San Fernando, entre otros.
Uno de los grandes casos de éxito, cuenta César Cardona, Gerente de Gestión Energética de Azimut Energía, es Industrial Conconcreto, en el que a través de un plan de eficiencia energética que se llevó adelante en cuatro pasos: comprar y usar bien la energía, digitalización de activos y generación en sitio de energía renovable, lograron que en una mina en Girardota, Antioquia, se bajara más de un 40% del consumo de kilovatios hora (kWh) por cada tonelada producida.
“A partir de diferentes tecnologías de Big Data, Cloud e IA, y del análisis de líneas base multivariables, estamos midiendo más o menos el 96% de la mina en esta región, lo que nos permite mejorar diferentes procesos en el uso de distintos equipos, con el fin de disminuir el indicador de productividad de kilovatios hora requeridos para producir una tonelada del material”, explica Cardona.
El experto además agrega que ahora van a desarrollar tres proyectos de energía solar en este sitio, que permitirán que cerca del 30% de las energías que se usen en los equipos, sean limpias y renovables. “Por ahora ya instalamos el primer proyecto de 92 kW pico, y en total se estará generando un ahorro superior a los $130 millones/año”.
De acuerdo con un informe de Weir Group, que recoge más de 40 estudios sectoriales, el volumen de emisiones de gases de efecto invernadero debido al uso masivo de energía fósil en este sector, puede llegar a alcanzar el 3,5% de la energía global.
Es importante entender que los minerales pasan por distintos procesos productivos que comprenden la extracción, beneficio y/o transformación, lo que requiere energía que se emplea principalmente en tecnologías de calor directo y fuerza motriz para actividades de perforación, voladura, carguío y acarreo, clasificación, secado, entre otras, según lo explica el informe del plan de Acción Indicativo PROURE realizado por el UPME.
Por ejemplo -muestra el informe-, para el consumo de energía de la producción de níquel hay un alto porcentaje de participación del gas natural (54%), seguido por energía eléctrica (42%), diésel y gasolina (4%). “Con respecto al consumo energético para la minería de carbón, se evidencia que el diésel es el energético de mayor consumo, seguido por la energía eléctrica”.
Teniendo en cuenta esta situación compañías extractoras, organizaciones ambientales y entidades públicas en varios países empiezan a ser un ejemplo del desarrollo de una minería sostenible. Tal es el caso en Perú, donde se está llevando a cabo el proyecto minero Quellaveco, que se convirtió en el primero en iniciar la transformación de su matriz energética en este país y así mismo se pueden encontrarse otros modelos en Chile y Brasil.
En el ejercicio de simulación de eficiencia energética que lleva adelante la UPME para el sector minero, en donde tiene en cuenta las buenas prácticas y el cambio tecnológico, el poder llevar adelante un plan masivo de eficiencia, llegaría a reducir más de 771 Ton de CO2 para el 2030.
Julio Betancourt, gerente de Productos de Azimut Energía, asegura que la eficiencia energética y los planes de desarrollo de una minería sostenible pueden llegar a construir un camino hacia un mundo mejor. En donde lo cierto, es que a futuro se va a requerir de una mayor extracción de minerales para hacer carros eléctricos o proyectos de energías renovables, pero se puede lograr de una forma más consciente en donde es fundamental hacer un uso eficiente de la energía.
Algo que también confirma el Banco Mundial dentro de sus investigaciones, en donde señaló que la producción de minerales podría llegar aumentar en un 500% para el año 2050. Incluso, se destaca que se necesitarán más de 3.000 millones de toneladas de minerales y metales para desplegar la energía eólica, solar y geotérmica, así como el almacenamiento de energía, necesarios para lograr un futuro por debajo de los 2°C.
Es por ello, que entre más compañías vallecaucanas del sector se sumen al cambio, mayor será el impacto positivo al medioambiente y mejores las posibilidades de crecimiento económico en el país.