En la industria manufacturera moderna, donde la competencia es feroz y la presión por
reducir costos coexiste con la necesidad de mantener altos estándares de calidad, la gestión
del tiempo y los movimientos de los trabajadores se ha convertido en un aspecto
estratégico. En este contexto, la metodología MODAPTS (Modular Arrangement of
Predetermined Time Standards) representa una herramienta poderosa y, al mismo tiempo,
un tema que invita a la reflexión sobre la forma en que concebimos la productividad
humana.
A diferencia de otros sistemas de tiempos predeterminados, como MTM o MOST,
MODAPTS se caracteriza por su sencillez y aplicabilidad. Esta metodología descompone
los movimientos en módulos básicos de 0,129 segundos, lo que permite calcular con
rapidez el tiempo estándar requerido para ejecutar una tarea. Gracias a ello, los ingenieros
industriales y supervisores pueden establecer metas más claras, equilibrar líneas de
producción y detectar ineficiencias con mayor agilidad. En un sector donde cada segundo
impacta en los costos y en la capacidad de respuesta al mercado, la precisión de
MODAPTS se convierte en un activo invaluable.
Sin embargo, más allá de su utilidad técnica, MODAPTS despierta un interesante debate.
Por un lado, sus defensores argumentan que esta herramienta contribuye a dignificar el
trabajo, al eliminar la arbitrariedad en la medición del desempeño. Al basarse en principios
científicos y en un lenguaje estandarizado, evita que los estándares dependan de la
subjetividad de un supervisor o de las prácticas heredadas en una planta. Desde esta
perspectiva, MODAPTS ofrece transparencia y justicia: el operario sabe que la meta
asignada responde a un cálculo racional y no a una expectativa caprichosa.
Por otro lado, cabe preguntarse si la excesiva cuantificación del movimiento humano puede
derivar en una visión mecanicista del trabajador. La obsesión por medir hasta el mínimo
gesto corre el riesgo de deshumanizar la labor industrial, reduciendo al operario a un simple
engranaje en la línea de producción. En este sentido, la implementación de MODAPTS
exige un delicado equilibrio: usar la herramienta para mejorar los procesos sin perder de
vista que detrás de cada módulo de 0,129 segundos hay una persona con ritmos,
capacidades y necesidades propias.
Otro aspecto relevante es la versatilidad de MODAPTS frente a los desafíos actuales de la
manufactura. Con la expansión de la automatización, podría pensarse que el estudio de
tiempos manuales perdería relevancia. Sin embargo, la realidad es distinta: en muchos
entornos productivos todavía coexisten máquinas automatizadas con tareas manuales
críticas, y es precisamente allí donde MODAPTS cobra sentido. Al optimizar los
movimientos humanos, se garantiza que la interacción entre persona y tecnología sea fluida
y productiva. Además, su facilidad de aprendizaje permite que equipos diversos, incluso sin
una formación técnica extensa, comprendan y apliquen la metodología.
En mi opinión, MODAPTS no debe verse únicamente como un instrumento de control, sino
como una oportunidad para construir culturas laborales más eficientes y equitativas.
Cuando se implementa con sensibilidad, puede convertirse en una herramienta de diálogo
entre la empresa y los trabajadores: un lenguaje común que ayuda a negociar estándares,
diseñar puestos de trabajo ergonómicos y distribuir tareas de forma equilibrada. El
verdadero valor de MODAPTS, entonces, no radica solo en su exactitud matemática, sino
en su capacidad para acercar la ingeniería industrial a la realidad cotidiana del operario.
En conclusión, la metodología MODAPTS es un recordatorio de que la productividad no
depende únicamente de máquinas sofisticadas o tecnologías digitales, sino también de la
inteligencia con que gestionamos el recurso más valioso: el tiempo humano. La clave está
en aplicarla con una visión ética, reconociendo que detrás de cada estándar hay un
trabajador cuya dignidad debe ser siempre el centro de la ecuación. Solo así lograremos que
la eficiencia industrial sea compatible con el respeto al ser humano que la hace posible.

Julian Suarez Carvajal
Engineer – Factory Planning & Launch Operations, Tesla Inc.
Experto en eficiencia operativa, reducción de footprint, estudios MODAPTS, balanceo de líneas y ahorros multimillonarios en manufactura