Por: Alejandro Beltrán.
Lo que hoy presenciamos es el precio más alto de Bitcoin en nuestro país. El cambio a pesos colombianos registró un máximo de $58,979,969 COP el 12 de noviembre, según la plataforma Buda.com.
Su aumento se produce en un año particular y lleno de incertidumbre. El estado de la economía en la región está correlacionada directamente con la condición de la pandemia a nivel global, el estallido social y la división política los cuales han generado una crisis sin precedentes. Sin embargo, para Bitcoin ha representado una oportunidad de mostrar el gran valor que tiene como reserva de valor, instrumento de inclusión y de libre flujo de capitales a través de internet.
Para nuestro caso en Latinoamérica, los índices de desempleo son alarmantes. Actualmente, la región cuenta con más de 34 millones de personas adicionales en desempleo debido a la pandemia, y la gran mayoría son mujeres y jóvenes en sectores informales. En LATAM, las personas en el sector informal suman 140 millones, casi el 50% del total de trabajadores, y en el caso de Colombia, este porcentaje alcanza un 47% de la población, sin duda una cifra preocupante.La migración en América Latina y el Caribe ha cambiado rápidamente en la última década.
De acuerdo con cifras de Naciones Unidas, entre 2010 y 2019, unos 42,7 millones de personas viven fuera de sus países de nacimiento. Esto se debe principalmente a la migración venezolana y no hay una solución pronta.
Esto, en términos económicos y sociales, representa el mayor desafío de inclusión, acceso y mejoramiento en la distribución de riqueza y preservación de los recursos en economías emergentes como la nuestra. Es aquí donde Bitcoin ha tenido un rol fundamental y donde cobra más sentido aún. Informalidad, alta migración, depreciaciones de monedas, incertidumbre de mercados y distribución de riqueza son los grandes hitos que permiten a Bitcoin funcionar en un código abierto como internet, con un flujo perfecto de información, siendo altamente seguro, con accesibilidad inmediata y sin intermediarios.
¿Podríamos hablar de una nueva burbuja en Bitcoin?
Definitivamente no. Desde 2019, la adopción de Bitcoin ha trascendido la especulación y vemos una amplia adopción de inversionistas institucionales y reconocimiento por parte de los diferentes Estados. De igual forma, se acentúa la correlación negativa que tiene Bitcoin frente a los mercados tradicionales, teniendo en consideración una alta incertidumbre en el futuro y estabilidad económica. Si bien no podemos aseverar que Bitcoin es un activo refugio, por diferentes elementos como la liquidez y la alta volatilidad comparada con instrumentos tradicionales, si hemos visto la madurez de un activo seguro para los inversionistas profesionales y para el sistema financiero.
Una muestra de aquello ha sido la decisión del Departamento del Tesoro de Estados Unidos al permitir a los bancos custodiar criptomonedas. Simultáneamente, un tribunal en Washington declaró a Bitcoin como “dinero electrónico”, bajo la ley de transferencias de dinero, y la Comisión Europea anunció un marco regulatorio para la industria de criptomonedas.Hoy en día, los grandes detractores del pasado recomiendan Bitcoin y trasladan parte de sus portafolios a instrumentos anclados a activos digitales. Sin duda, Bitcoin es una realidad y su valor no corresponden a excesos, sino a aumentos progresivos y estacionales, estableciendo una nueva realidad frente al nuevo orden económico.