La adopción tecnológica impulsa un liderazgo empresarial más ágil, estratégico y orientado a resultados.
En un contexto regional de bajo crecimiento y alta incertidumbre, las empresas colombianas están respondiendo con una agenda de transformación, tecnológica y sostenible. Los líderes del país han optado por actuar ante la incertidumbre, en lugar de esperar condiciones externas favorables, demostrando que liderar con confianza es posible incluso en contextos adversos.
La encuesta Desafíos y Tendencias para las Empresas en Colombia y Latinoamérica 2025 de EY muestraque el liderazgo empresarial colombiano destaca por su enfoque transformador y pragmático, priorizando la planificación estratégica y la productividad sobre la mera eficiencia operativa.
Mientras que en el promedio regional el foco principal sigue siendo la eficiencia y la reducción de costos, las empresas colombianas apuestan por la estrategia, la innovación y la productividad como motores de competitividad.
“Los resultados del informe muestran un liderazgo enfocado en encontrar oportunidades donde antes se percibían restricciones. Las compañías están tomando decisiones estructurales para fortalecer su competitividad y generar confianza sostenible”, señaló Ximena Zuluaga, Presidenta y Country Managing Partner de EY Colombia.
Dos rutas ante la incertidumbre
El estudio identifica dos estrategias en América Latina. En la mayoría de los países, los líderes presionados por la volatilidad económica optan por una resiliencia operativa centrada en la optimización de costos y procesos.
En contraste, Colombia ha elegido una ruta distinta: la transformación estratégica y la reinvención del negocio como respuesta ante la incertidumbre política y regulatoria.
Esta diferencia muestra un liderazgo que no reacciona, sino que anticipa. En lugar de administrar la coyuntura, las empresas colombianas están rediseñando su estructura para generar crecimiento sostenible y fortalecer sus capacidades internas.
Reinvención y expansión: las empresas se preparan para el futuro
El estudio revela que las prioridades de los líderes colombianos difieren del promedio regional.
Mientras la región privilegia la eficiencia operativa y la reducción de costos como principal desafío, en Colombia el 33 % de los ejecutivos sitúa la estrategia y transformación del negocio en primer lugar, seguida de la transformación digital (32 %) y el crecimiento de mercado (30 %).
Seis de cada diez líderes reconocen que su mayor reto es equilibrar la visión a largo plazo con la gestión inmediata, asegurando que cada inversión tecnológica o innovadora genere impacto tangible en productividad y rentabilidad.
La eficiencia operacional (22 %) también gana relevancia: optimizar procesos, automatizar tareas y fortalecer la gestión de costos se han convertido en palancas estratégicas para liberar recursos y aumentar la competitividad frente a los estándares internacionales.
En conjunto, estos resultados reflejan una evolución desde la reacción hacia la anticipación, donde las decisiones estratégicas de hoy determinan la capacidad de crecimiento futuro.
El cambio del consumidor impulsa la innovación
El 23 % de los líderes colombianos identifica los cambios en las preferencias y comportamientos del cliente como uno de los principales impulsores de transformación, frente a un 27 % en el promedio regional.
Las empresas en Colombia responden con mayor foco en experiencia y personalización, integrando modelos híbridos de atención, integración omnicanal y analítica avanzada.
La transformación empresarial no se limita a la tecnología, sino de entender mejor a un consumidor más exigente, más digital, más informado y más consciente de su impacto.
La confianza, la coherencia y el propósito de las marcas se consolidan como ejes de diferenciación.
Tecnología: la nueva frontera de la competitividad
El 90 % de los líderes colombianos considera esencial la inteligencia artificial (IA) para el futuro de su industria, frente a un 83 % en el promedio regional.
De igual forma, el 89 % prioriza la analítica avanzada (versus 78 % en la región), y el 83 % la ciberseguridad, superando en casi 10 puntos porcentuales la media latinoamericana.
Estas cifras confirman una transición clave: la tecnología ya no es una herramienta, sino el eje central de la estrategia corporativa.
El país avanza hacia un modelo donde la innovación tecnológica se combina con la sostenibilidad y la gobernanza, construyendo ventajas competitivas duraderas.
Colombia: liderazgo con visión de futuro y resiliencia estratégica
El liderazgo empresarial colombiano consolida un modelo de gestión basado en visión, innovación y disciplina ejecutiva, diferenciado del promedio regional por su enfoque en crecimiento estructural y confianza a largo plazo.
El estudio destaca tres pilares que definen esta nueva etapa del liderazgo en Colombia:
- Liderazgo con visión de futuro: priorizar la transformación del negocio sobre la gestión coyuntural.
- Convicción tecnológica: integrar IA, ciberseguridad y productividad digital con un nivel de compromiso superior al promedio regional.
- Resiliencia como estrategia empresarial: convertir la adaptabilidad en una fuente de ventaja competitiva.
“La resiliencia dejó de ser una respuesta; hoy es la estrategia empresarial. Los líderes colombianos no están esperando que el entorno cambie, están transformando sus organizaciones para construir el futuro con confianza”, puntualizó Ximena Zuluaga, Presidenta y Country Managing Partner de EY Colombia.
El ángulo pendiente: la demografía como variable estratégica
El informe advierte un rezago en la atención a factores demográficos. Solo el 7 % de los líderes empresariales identifica el envejecimiento poblacional como una prioridad, pese a su impacto directo en la disponibilidad de talento, los costos laborales, los sistemas de salud y pensiones. Esto, además de los posibles impactos en la demanda actual y futura, y de la necesidad de desarrollar portafolios diferenciados de bienes y servicios, junto con un nuevo enfoque en la experiencia del cliente.
EY señala que incorporar la dimensión demográfica en la planeación empresarial será decisivo para la competitividad de largo plazo, tanto por los riesgos que representa como por las oportunidades de la llamada “economía plateada”, que puede dinamizar sectores como salud, consumo y tecnología.