Fernando Calderón, Managin director de MIDOT para Latinoamérica.
Manipular pruebas y falsear información en las hojas de vida son algunos casos que prevalecen en la evaluación de los candidatos.
En Colombia, un total de 270.000 candidatos perdieron la oportunidad de continuar con un proceso de contratación por no reunir las condiciones mínimas de integridad para ocupar cierta vacante de trabajo.
Este país, donde hasta junio de este año, la tasa de desempleo se encontraba en 10,3%, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), encabeza la lista en Latinoamérica con el mayor número de candidatos que perdieron una oportunidad de trabajo por cometer un acto contraproducente, como mentir en sus pruebas de evaluación laboral para aplicar a un puesto de trabajo.
Así lo revela el Reporte de Integridad Laboral 2024 realizado por MIDOT, que consiste en analizar pruebas IntegriTEST aplicadas a los buscadores de trabajo, y cuya finalidad es conocer la propensión de un candidato a cometer actos de deshonestidad, su apego a normas, estilos de trabajo, entre otros indicadores a evaluar.
Estas pruebas son susceptibles de manipular y así sucedió. De un universo de análisis de un 1’500.000 candidatos, el 18% de los aspirantes a un puesto en Colombia recibieron una alerta hacía la organización de “no recomendados”. El 2% de los aplicantes intentó manipular la prueba.
El informe MIDOT de integridad laboral de 2024 muestra estos otros datos:
• Perú 17% de No recomendados. El 1% intentó manipular la prueba.
• México 16% No recomendados. El 1% intentó manipular la prueba.
La firma de evaluación de integridad también encontró que los datos que suelen ser alterados o falseados es el que se escribe en el currículum u hoja de vida, y el relacionado con formación académica o en experiencia laboral. En segundo lugar, se inventa o exagera conocimiento o experiencia en posiciones similares previas, seguido de mentir en la duración, cargo o actividades en el empleo anterior. Los candidatos a una vacante también ‘mienten’ sobre grados académicos o niveles de especialización.
“Los desafíos económicos, como la necesidad de empleo estable en contextos de inestabilidad económica o informalidad laboral, moldean actitudes de los buscadores de trabajo y producto de ello puede ser mentir y manipular pruebas laborales”, comenta Fernando Calderón, managin director de MIDOT para Latinoamérica. También los directivos fallan en integridad
Midot recalca en su reporte que mientras que entre los aspirantes destaca la manipulación de datos para obtener un empleo, dentro de las empresas, los propietarios, ejecutivos y managers son los mayores responsables de cometer fraude. Las estadísticas muestran que 2 de cada 10 directivos participan en actos poco éticos.
Datos de la Asociación de Certificadores de Fraude (ACFE, por sus siglas en inglés), indican que el rol y el nivel jerárquico del colaborador se ve proporcionalmente reflejado en el impacto económico que sus conductas pueden tener, ya que en el último año el impacto promedio de un robo o fraude ocupacional es:
· Si se trata de un colaborador – $30 mil USD en promedio por caso.
· Gerente o coordinador – $300 mil USD en promedio.
· Si se trata de un dueño o ejecutivo – $675 mil USD en promedio por caso
“Para que una organización sea considerada íntegra y con ética hay tres características que se deben tomar en consideración: cumplimiento de leyes, reglas y regulaciones, transparencia en todo lo que se hace y actuar con responsabilidad frente a colegas, clientes y proveedores. Se trata de demostrar con el ejemplo y tener tolerancia cero cuando se identifique una acción contraproducente para la empresa”, puntualiza Calderón.