Este 23 de junio, en el marco del Día Internacional de la Mujer en la Ingeniería, es momento de reconocer el potencial transformador de una mayor participación femenina en este campo clave para el desarrollo. Aunque las mujeres hoy representan solo el 28% de la fuerza laboral en ingeniería, según la UNESCO, la tendencia empieza a cambiar y con ella se abren nuevas oportunidades para construir un futuro más equitativo e innovador.
La ingeniería no solo diseña infraestructuras, también moldea el presente y el futuro de nuestras sociedades. Incluir más voces, más miradas y más experiencias es fundamental para que esa transformación sea realmente completa. La evidencia es clara: los equipos diversos generan mejores soluciones. Avanzar hacia una mayor equidad de género en la ingeniería no es solo un acto de justicia, es una decisión estratégica con impacto social y económico.
En Colombia, Paula Andrea Velasco Daza lidera proyectos de generación fotovoltaica como Coordinadora de Generación Distribuida en Cox. Para ella, el panorama ha comenzado a cambiar: “Cada vez es más común que nuestros logros profesionales sean reconocidos por su mérito, sin estar condicionados por nuestro género. Hoy se valora el esfuerzo, la dedicación y el liderazgo que las mujeres aportamos, lo que refleja un avance real hacia la equidad y el reconocimiento del talento sin distinciones”, señala.
Sin embargo, también advierte que aún persisten entornos donde la competencia no es del todo justa. “La equidad real en oportunidades sigue siendo un desafío”.
Incorporar más mujeres a la ingeniería ya no es solo una cuestión de equidad: es una necesidad estratégica. En un mundo que enfrenta una creciente escasez de talento técnico, ampliar el espectro de participación se vuelve indispensable. Y no solo eso: los equipos diversos resuelven mejor, diseñan mejor y crean soluciones que representan de manera más justa a toda la sociedad.
Cindy Paola Navarro Uparela, Directora de Comercialización de Energía en Colombia para Cox, reconoce que las mujeres ingenieras se mueven hoy en un entorno de contrastes. Por un lado, se abren cada vez más oportunidades gracias a la creciente demanda de talento en las distintas ramas de la ingeniería. También han cobrado fuerzas iniciativas como redes de apoyo, programas de mentoría y políticas empresariales que promueven activamente el liderazgo femenino y la igualdad de género dentro de las organizaciones.
No obstante, aún persisten desafíos relevantes: la baja representación de mujeres en ciertas especialidades, la brecha salarial y las dificultades para acceder a cargos directivos siguen siendo una realidad. A esto se suman estereotipos que, aunque menos visibles que antes, continúan influyendo en la manera en que se percibe el rol de la mujer en entornos técnicos.
Romper con los moldes tradicionales también implica pensar productos y sistemas desde nuevas perspectivas. Durante décadas, muchos desarrollos han sido diseñados desde una mirada masculina, dejando de lado necesidades específicas de la mitad de la población. Cambiar esta lógica es clave para avanzar hacia una ingeniería más humana, más justa y eficaz.