Con el propósito de analizar cómo la tecnología está redefiniendo el ejercicio legal y la toma de decisiones corporativas, Rosita León, CEO de Litigando, comparte su perspectiva sobre la digitalización
del derecho, la incorporación de nuevas tecnologías y las tendencias que orientarán la gestión legal en los próximos años.
- ¿Cómo puede la digitalización del derecho convertirse en una ventaja competitiva para las organizaciones, más allá de un requisito legal?
La digitalización del derecho no debe entenderse solo como un mecanismo de cumplimiento, sino
como un activo estratégico de gestión empresarial. Una organización que adopta tecnología jurídica puede anticiparse a riesgos, optimizar sus recursos y tomar decisiones más informadas. La verdadera ventaja está en convertir datos legales en inteligencia de negocio, lo que permite ganar eficiencia, proteger la reputación corporativa y fortalecer la confianza de clientes e inversionistas.
- ¿Qué cambios anticipa en los modelos de compliance empresarial, considerando la incorporación de soluciones tecnológicas con capacidad predictiva y automatizada?
El compliance pasará de ser reactivo a proactivo. Con herramientas predictivas, las empresas podrán identificar patrones de riesgo antes de que se materialicen y automatizar procesos de verificación y reporte. Esto implicará un modelo de compliance más dinámico, con alertas en tiempo real, trazabilidad absoluta y capacidad de simular escenarios de riesgo. En lugar de limitarse a cumplir con la norma, las organizaciones podrán demostrar que su cultura de cumplimiento está integrada en la estrategia
de negocio.
- Frente a la rápida adopción de inteligencia artificial en el ámbito jurídico, ¿cuáles deberían ser las prioridades regulatorias para garantizar confianza y seguridad a las empresas?
Las prioridades regulatorias deben centrarse en tres ejes:
- Transparencia algorítmica, asegurando que los modelos sean auditables y explicables.
- Protección de datos, garantizando un uso responsable de la información sensible.
- Responsabilidad compartida, definiendo claramente los límites entre la actuación humana y las
recomendaciones tecnológicas.
La regulación debe equilibrar innovación y seguridad, evitando frenar la transformación digital, pero asegurando estándares de ética y confiabilidad.
- ¿Cómo evolucionará el rol de los equipos legales corporativos en un contexto donde la tecnología asume cada vez más funciones operativas?
Los equipos legales dejarán de concentrarse en tareas rutinarias y pasarán a desempeñar un rol estratégico y consultivo. Su valor ya no estará en procesar grandes volúmenes de información, sino
en interpretar la data que provee la tecnología, anticipar riesgos y guiar decisiones de negocio. La tecnología libera tiempo y recursos, y en consecuencia, los abogados corporativos podrán enfocarse en aportar visión estratégica, innovación y gobierno corporativo. Además, al dinamizar y optimizar su trabajo, los abogados encontrarán un equilibrio más saludable en su vida profesional, reduciendo los niveles de burnout que históricamente han afectado al sector y traduciéndose en mayor bienestar, motivación y productividad para el equipo jurídico y la organización en su conjunto.
- Desde su experiencia, ¿qué tecnologías tendrán un impacto más decisivo en la manera como las empresas gestionan su relación con la justicia y el cumplimiento normativo entre 2025 y 2030?
Veo tres tecnologías con un impacto transformador:
- Plataformas de vigilancia judicial y compliance automatizado, como Litigando, que permiten control total de los procesos y notificaciones.
- Inteligencia artificial generativa y predictiva, como la que usa Litigando en sus servicios y softwares para analizar precedentes, redactar documentos y anticipar riesgos procesales.
- Blockchain y sistemas de trazabilidad, que reforzarán la seguridad y transparencia en contratos,
notificaciones certificadas y pruebas digitales. Estas tecnologías consolidarán un ecosistema en
el que la justicia y el cumplimiento serán más rápidos, accesibles y confiables.