- Según datos de Deel, que analizó más de 300 000 contratos en todo el mundo, Colombia es hoy el tercer país de América Latina con más contrataciones remotas, solo detrás de Argentina y Brasil.
- La iniciativa tecnológica, impulsada por Utoppia, promete habilitar en los próximos trimestres pagos en monedas locales, inversión en acciones y ETF, así como acceso para los usuarios a adelantos de salario y soluciones de crédito.
En Latinoamérica, cada vez más profesionales trabajan para empresas extranjeras y facturan en dólares, euros e incluso en stablecoins. Este fenómeno se debe al auge del interés que ha suscitado la idea de ser nómada digital. En Colombia, por ejemplo, de acuerdo con un estudio de WeWork Latinoamérica y Page Group, el 73% de los trabajadores manifestó interés en adaptarse a estas nuevas modalidades laborales.
Frente a este contexto marcado por un alto interés por parte de las nuevas generaciones, Utoppia decidió lanzar una nueva aplicación financiera diseñada para que trabajadores globales puedan recibir pagos desde más de 19 países.
A través de su plataforma, los usuarios pueden acceder a cuentas en dólares, realizar pagos con stablecoins como USDC y USDT, enviar transferencias de persona a persona sin costo entre usuarios de la aplicación y utilizar tarjetas Visa internacionales para gastar en cualquier parte del mundo.
“No estamos construyendo otra fintech más; estamos creando una plataforma financiera global para la generación del trabajo y la vida remota”, afirma Stefano Angeli, CEO y fundador de Utoppia. “El dinero hoy se mueve sin fronteras, pero la infraestructura financiera sigue anclada a países. Esa desconexión es lo que estamos resolviendo”.
Uno de los pilares del modelo es el uso de stablecoins respaldadas en dólares. En mercados emergentes, donde la volatilidad cambiaria impacta directamente el poder adquisitivo, mantener ingresos en una moneda estable se ha convertido en una estrategia de protección financiera.
Cabe señalar que recibir pagos internacionales sigue siendo costoso, lento y poco transparente para millones de personas, debido en parte a comisiones elevadas, intermediarios bancarios, demoras de días y exposición al tipo de cambio hacen que cobrar desde fuera sea, en muchos casos, un problema operativo más que una oportunidad. Es ahí donde las fintech buscan ocupar un espacio que la banca tradicional no ha resuelto del todo.
Más allá de eso, lo más interesante de este debut es que la plataforma fue diseñada para operar con asistentes de inteligencia artificial capaces de gestionar finanzas mediante lenguaje natural. A través de integraciones con agentes de IA, como ChatGPT o Claude, actualmente en fase de pruebas, los usuarios podrán consultar saldos, programar pagos o automatizar flujos financieros sin navegar interfaces complejas.
“No estamos adaptando IA a una banca heredada; estamos construyendo un sistema en el que humanos y agentes inteligentes colaboran alrededor del dinero”, explica Franco Pagella, CEO de Wollen Labs, socio tecnológico del proyecto. El directivo agrega que están creando un sistema fluido en el que “herramientas inteligentes y usuarios humanos colaboran en torno al dinero con contexto, seguridad y simplicidad”.
Para Colombia, el reto es doble: aprovechar su atractivo como hub de talento remoto y, al mismo tiempo, ofrecer infraestructura financiera acorde con esa realidad. El país ya exporta trabajo digital. Lo que falta es que los trabajadores tengan herramientas para administrar ese ingreso sin fricciones.
Utoppia inició su fase de acceso anticipado en Colombia, Estados Unidos, México, Argentina, Brasil y otros países de Europa, Asia y Oceanía. En los próximos trimestres planea habilitar pagos en monedas locales, inversión en acciones y ETF, adelantos de salario y soluciones de crédito, todo ello operado desde una lógica transfronteriza.
El mensaje de fondo es que el futuro del trabajo será global por defecto y las finanzas deberán adaptarse a esa condición. En un mercado donde el talento ya no se contrata por geografía, sino por habilidades, las plataformas que logren mover el dinero a la velocidad de las ideas tendrán una ventaja estructural.