En Colombia, el 27% de las incapacidades laborales tiene origen psicosocial. Aun así, pocas empresas cuentan con servicios de atención inmediata para gestionar emergencias físicas o emocionales.
En un entorno laboral cada vez más exigente, ignorar los protocolos de atención médica inmediata, especialmente en salud mental, se ha convertido en una vulnerabilidad operativa y reputacional para muchas organizaciones en Colombia.
La salud en el entorno laboral ha dejado de ser un asunto exclusivo de las EPS. La rápida respuesta ante emergencias físicas y emocionales es hoy una variable crítica de sostenibilidad para las empresas. Sin embargo, aún persiste una visión: los servicios como la atención prehospitalaria son un gasto prescindible.
“La mayoría de organizaciones todavía no dimensiona cuánto puede costarle no actuar a tiempo frente a una crisis médica o emocional”, afirma Diana Fino, fundadora de DMF Medics, empresa especializada en la implementación de Áreas Protegidas y atención prehospitalaria en empresas. “Lo ven como un gasto porque no están midiendo las pérdidas por ausentismo, la rotación asociada al burnout o las implicaciones legales de una omisión”.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los trastornos mentales y físicos vinculados al trabajo cuestan a la economía global cerca de 1 billón de dólares anuales en pérdida de productividad. En Colombia, el 27% de las incapacidades laborales tienen un origen psicosocial, según el Ministerio del Trabajo.
La otra cara del ausentismo
Los servicios de atención prehospitalaria permiten a las empresas responder con inmediatez ante desmayos, lesiones, crisis de ansiedad o intentos de autolesión. Casos que, si no se atienden oportunamente, pueden escalar a desenlaces fatales o procesos legales.
Para Fino, una de las principales ventajas de contar con un sistema de respuesta inmediata no es solo la reacción física, sino la contención emocional. “Hemos tenido casos en los que una intervención en los primeros minutos evitó una licencia de 30 días o un episodio crítico frente a otros empleados. Es un servicio que protege vidas y clima laboral al mismo tiempo”, comenta.
Un retorno de inversión medible
Un estudio de Deloitte (2022) encontró que las empresas que invierten en bienestar organizacional pueden reducir hasta un 25% su rotación de personal. Además, por cada dólar destinado a intervenciones en salud mental, el retorno estimado puede llegar a cuatro dólares en productividad y reducción de incapacidades.
La implementación de un Área Protegida no está limitada a grandes industrias. Según DMF Medics, empresas medianas y pequeñas también han empezado a incorporar este tipo de soluciones, motivadas por una mayor conciencia sobre los riesgos psicosociales y las exigencias del Sistema de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo (SG-SST).
“Una crisis no distingue entre una pyme o una multinacional. Prevenir es siempre más rentable que lamentar”, concluye Fino.
Más allá de la ambulancia
A diferencia de los servicios tradicionales, el modelo de DMF Medics no solo se basa en la atención médica inmediata, sino también en el acompañamiento preventivo. Esto incluye capacitaciones en primeros auxilios emocionales, análisis de riesgos y articulación con el sistema de salud para canalizar casos complejos.
En un país donde el 60% de los trabajadores dice sentirse emocionalmente agotado, según datos de la ANDI, proteger la salud física y mental del talento humano es más que una obligación legal: es una necesidad estratégica.