Treinta familias de Circasia celebran este fin de año con una noticia que cambiará sus vidas para siempre: la entrega de viviendas dignas y seguras gracias a Mi Hábitat, el programa de transformación social de Homecenter que, desde 2019, ha beneficiado a más de 16.000 personas en distintas regiones del país. La intervención fue posible gracias a una alianza público-privada que reunió a Homecenter, la Fundación Catalina Muñoz, la Fundación Imusa Samurai, la Fundación Argos, Corona, Scotiabank Colpatria y la Alcaldía de Circasia, una muestra clara de que los proyectos más significativos solo se logran gracias al poder de las alianzas.
En esta ocasión se construyeron 20 viviendas nuevas y se mejoraron 10 hogares en la Urbanización San Fernando, una zona priorizada por su alto déficit habitacional. Más de 200 voluntarios y más de 400 horas de trabajo hicieron posible que estas familias hoy tengan un espacio seguro, estable y lleno de futuro. “Nos llena de emoción ver el impacto positivo que tienen las alianzas al entregar esperanza y un hogar digno con futuro lleno de historias por vivir”, señaló Paola Hernández, gerente de Sostenibilidad de Homecenter.
Sin embargo, el compromiso de Homecenter con el progreso de las comunidades no se limita a la construcción de vivienda. La compañía también avanza en un frente decisivo para el desarrollo económico del país, la empleabilidad juvenil. A través del programa “Yo Creo en la Construcción de mi Futuro”, dirigido a jóvenes entre los 18 y 28 años, se busca cerrar brechas de acceso al mercado laboral en un contexto donde más de 2,3 millones de jóvenes no estudian ni trabajan, según el DANE, y donde las mujeres representan casi el doble de esta población.
Esta iniciativa ofrece becas para diplomados en temas de construcción; formación híbrida, técnica y socioemocional; acompañamiento en habilidades blandas y una ruta de empleabilidad diseñada para facilitar la inserción laboral, especialmente para quienes no cuentan con experiencia previa. Desde su creación, Yo Creo ha beneficiado a más de 2.500 jóvenes en Bogotá, Medellín, Barranquilla, Cartagena, Cali, Valledupar y Montería, con un 61 % de participación femenina, fortaleciendo la inclusión de género en un sector históricamente masculinizado.
En su ciclo más reciente, 800 jóvenes completaron tres meses de formación y más de 110 ya están en proceso de vinculación laboral o han sido contratados por empresas aliadas. En 2024, el programa cerró con 800 jóvenes formados y 156 vinculados laboralmente, y la meta para este año es capacitar a 700 más y facilitar el empleo de al menos 150, gracias a una red de aliados públicos, privados y académicos.
Tanto Mi Hábitat como Yo Creo comparten una misma visión y es la de impulsar el progreso desde lo esencial. Mientras un programa entrega las bases físicas de un hogar digno, el otro abre oportunidades laborales que permiten sostenerlo. Ambos demuestran que cuando empresas, fundaciones, entidades financieras, gobiernos locales y organizaciones educativas trabajan juntas, el impacto es real, medible y transformador.
Para las familias de Circasia, las nuevas viviendas representan seguridad, estabilidad y un nuevo comienzo. Para los jóvenes que participan en Yo Creo, la formación recibida abre caminos que antes parecían lejanos. Y para Homecenter, estos resultados ratifican que la inversión social basada en alianzas es una de las herramientas más poderosas para construir futuro en las comunidades y contribuir al desarrollo del país.
