- Actualmente, solo el 3,2 % del mercado inmobiliario nacional se identifica como especializado en vivienda para adultos mayores.
- El 58,1 % de la población mayor quiere habitar una vivienda propia, mientras que el 24,2 % prefiere hacerlo junto a un familiar.
La transformación demográfica que atraviesa Colombia está reconfigurando las dinámicas del mercado inmobiliario, según el DANE en 2005 las personas mayores de 60 años representaban el 6,3 % de la población total, para 2018, ya eran un 9,1 % y actualmente, según los datos presentados por Camacol, son un 15,7 %.
Las proyecciones a 2050 dicen que serán un 26,6 % de los habitantes del país, mostrando así la tendencia al envejecimiento en la que se encuentra la pirámide demográfica en el país.
Estas cifras representan un desafío en términos de vivienda adaptada a las necesidades de este segmento. Según un reciente informe presentado en el Seminario de Actividad Edificadora de Camacol Bogotá, se estima que para el año 2050, una de cada cuatro viviendas estará orientada a personas mayores, lo que posiciona al ‘Senior Living’ como una de las grandes tendencias de vivienda del futuro.
Actualmente, solo el 3,2 % del mercado inmobiliario nacional se identifica como especializado en vivienda para adultos mayores. No obstante, la demanda potencial es considerable: el 58,1 % de esta población espera habitar una vivienda propia, mientras que el 24,2 % prefiere hacerlo junto a un familiar. Otras alternativas, como el arriendo (9,7 %) o la hipoteca inversa (4,8 %), aunque menos frecuentes, reflejan una apertura a nuevos modelos habitacionales y financieros.
Sandra Villanueva, gerente general de Metrocuadrado, advirtió, que “el mercado inmobiliario debe prepararse para atender las necesidades de una población que está envejeciendo con expectativas muy distintas a las generaciones anteriores. El ‘Senior Living’ no es una moda pasajera: es una necesidad estructural que exige innovación, sensibilidad social y una visión de largo plazo”.
¿Cuáles son las preferencias de la generación silver?
Los intereses y planes de vida han cambiado con el crecimiento de la esperanza de vida en Colombia en los últimos años, pues la edad promedio a 2023 es de 77,6 años, mientras que en 2013 era de 75,83.
En ese sentido, Juan Carlos Alcaide Casado, experto internacional en Senior Living, resaltó que ante el crecimiento de este segmento de la población, se ha impulsado ese tipo de vivienda. Principalmente, se busca tipos de vivienda que cumplan con factores como: la necesidad de cercanía a servicios de salud, una mejor accesibilidad al transporte y entornos urbanos más seguros. Estos tres elementos se han vuelto determinantes para las decisiones de vivienda. Casado dividió este segmento entre los de 50-60 años, los trabajadores activos; de 60 a 70 años, a lo que denomina como envejecimiento activo; y los de más de 70 años, o envejecimiento avanzado.
Esto coincide con los datos, pues en cuanto a su vivienda de retiro, esta población busca principalmente suplir necesidades relacionadas con la atención médica y los servicios de alimentación. Un 59,7 % quiere un servicio de enfermería 24 horas, siendo esta su mayor prioridad; mientras que los servicios de alimentación representan un 40,3 % de interés. Le siguen el tener Zonas verdes, también con un 40,3 %; y zonas comunes amplias con un 30,6 %. Ascensores y rampas también entran en este ranking con una relevancia del 29 %, servicios de limpieza y mantenimiento con 17,7 % de interés, y un 16,1 % privilegia que la vivienda cuente con un salón social o comunal.
El reto para el sector constructor, entonces, va más allá del diseño arquitectónico. Esto implica concebir proyectos que integren atención médica, espacios recreativos, proximidad a la comunidad local, servicios comunitarios, tecnología y modelos habitacionales flexibles que garanticen autonomía, bienestar y sostenibilidad en el tiempo.
Sin duda, el ‘Senior Living’ se consolida no solo como una oportunidad de negocio para el sector constructor e inmobiliario, sino también como un compromiso social ineludible frente al envejecimiento activo de la población colombiana.