La recuperación de la actividad económica en el país se vio fuertemente interrumpida durante el segundo trimestre de este año, a causa de la tercera ola de la pandemia que fue más prolongada que la anterior, sumada a los bloqueos de las carreteras, a los problemas de orden público y a los choques entre la oferta y los costos, muchos de los cuales no fueron anticipados y otros que llegaron a ser más persistentes de lo que se esperaba, dejando como resultado una elevada inflación total a niveles superiores a la meta del 3%. Factores, que de acuerdo con el Informe de Política Monetaria del Banco de la República, afectaron principalmente el índice de precios al consumidor (IPC) de bienes y de alimentos.
No obstante, el informe resalta que a pesar de los fuertes choques negativos, el crecimiento económico esperado para la primera mitad del año es de 9,1%, que corresponde a una cifra significativamente mayor que lo proyectado en el informe de abril cuando se preveía un crecimiento de 7,1%, signo de una economía más dinámica que se recuperaría más rápido de lo esperado.
Asimismo, el emisor señala que pese a que las dificultades de este año habrían generado una caída del PIB durante el segundo trimestre, frente al primero, los datos del índice de seguimiento a la economía (ISE) de abril y mayo han resultado mayores que lo esperado, y el incremento anual del PIB del segundo trimestre se habría situado alrededor del 17,3 % (antes 15,8 %), explicado en gran parte por una base baja de comparación.
Y aunque para todo 2021 el equipo técnico incrementó su proyección de crecimiento desde un 6 % hasta el 7,5 %, este pronóstico, está rodeado de incertidumbre, toda vez que no se presenten más problemas de orden público y que posibles nuevas olas de contagio del Covid-19 no tengan efectos negativos adicionales sobre la actividad económica.
Inflación para final de año estaría por encima del 4%
El informe de Política Monetaria del Banco de la República, estimó que para finales de 2021 y 2022 se llegará a una inflación total del 4,1 % y 3,1 %, y una inflación básica del 2,6 % y 3,2 %, respectivamente, debido a que en lo que resta del año el mayor nivel del IPC de alimentos persistiría y contribuiría a mantener la inflación por encima de la meta.