Dentro del ranking del Índice de Inclusión Financiera (IIF) realizado por el Grupo Credicorp, Colombia obtuvo un puntaje de 38.3, ocupando el quinto puesto con calificaciones de 57.3 en calidad percibida, 34.8 en acceso y 22.8 en uso. Desde una perspectiva comparativa con los demás mercados, el país alcanzó algunas de las puntuaciones destacadas en calidad y acceso, pero se ubicó por debajo de la media en uso.
Según el IIF, el promedio obtenido por los siete países analizados es de 38.3. Panamá registró el mayor puntaje con 52.2. Le siguen Chile (51.6), Ecuador (46.9), Bolivia (38.9), Colombia (38.3), Perú (37.9) y México (35.0).
Para la construcción del IIF se consideraron tres dimensiones: acceso, uso y calidad percibida. Asimismo, se definió una escala de 0 a 100, en la que un mayor puntaje significa un mayor nivel de inclusión financiera.
En cuanto a calidad percibida, que analiza la confianza y calidad de los productos financieros disponibles. Colombia con 67.2 destacó entre los tres países con mejor puntuación en esta dimensión solo después Panamá (68.0) y Ecuador (67.2). En un rango del 1 al 5, los colombianos calificaron la confianza en su sistema financiero formal con un promedio de 2.95, ubicándose ligeramente por encima del promedio alcanzado por los 7 países del IIF (2.92).
Asimismo, Colombia se destacó en la medición que se hace sobre la utilidad de los medios digitales con una evaluación de 3.55 en una escala del 1 al 5 y es el tercer país con mejor evaluación en esta categoría, luego de Panamá (4.20) y Chile (3.61). Entre los productos financieros digitales, Colombia es el segundo país que mejor valora la utilidad de las billeteras móviles, pues un 47% considera que son canales financieros muy buenos o buenos.
En la dimensión de Acceso que toma en consideración la infraestructura financiera, el conocimiento y la tenencia de productos de ahorro o seguro. Colombia también destacó, pues el 93% de los colombianos cuenta con algún tipo de producto de este tipo y el 85% conoce, al menos, un producto financiero formal. Los productos más conocidos son la cuenta de ahorros o corriente, la tarjeta de crédito y la tarjeta de débito. Asimismo, el 50% de los colombianos conoce sobre las billeteras digitales o las cuentas conectadas al teléfono.
De otro lado, se observó que el 10% tiene un producto de crédito con entidades formales, mientras que el 22% cuenta con productos informales (prestamistas, familiares o conocidos, grupos o juntas) y el 68% no posee ningún producto crediticio. Un dato que resalta es que el 65% de los colombianos percibe, al menos, una barrera para tener productos financieros. Entre las personas que no tienen productos de ahorro o seguro, el 52% señala que no cuenta con recursos suficientes, mientras que el 18% considera que no le interesa y un 12% afirma que no lo necesita.
Por último, en la dimensión de uso que analiza la información sobre las transacciones básicas, ingresos y ahorros. El IIF reveló que el 58% de los colombianos no utiliza medios bancarizados para pagar por productos o servicios. Asimismo, existe un alto uso de efectivo para comprar alimentos (98% de los colombianos), productos del hogar (97%), productos para uso personal (98%), pagar créditos (72%), entre otros.
El 72% de los colombianos no usa ningún producto financiero al mes. En promedio, un colombiano utiliza 3.7 productos financieros al mes, muy por debajo de la media regional (5.86). Por otro lado, el 32% de los colombianos realizó transferencias de dinero a través de medios formales, durante el último año. De las personas que realizaron transferencias, el 46% lo hizo a través de una billetera móvil, el 45% a través de agencias, agentes o cajeros y el 44% la hizo de manera personal a través de familiares o conocidos.
De acuerdo con el informe, en Colombia también se percibió que el ahorro es una práctica poco común. El 11% de los colombianos señaló que ahorra a través de medios formales, mientras que un 10% no cuenta con medios formales de ahorro. El 79% de los colombianos señaló que no ahorra. De las personas que ahorran, el 46% lo hace a través de una cuenta a nombre propio mientras que el 43% lo hace en una alcancía o debajo del colchón.