El fraude digital puede representar hasta el 1.9 % de los ingresos de los comercios electrónicos en Colombia, afectando no solo la seguridad, sino también la rentabilidad del canal online.
Koin, empresa especializada en prevención de fraude, presentó los resultados de su estudio “El impacto del fraude online”, elaborado junto a Gmattos, que revela cómo el crecimiento acelerado del e-commerce en Colombia ha ido acompañado de un aumento proporcional en los riesgos de fraude y pérdida operativa.
Según el informe, el comercio electrónico en Colombia movió 52.000 millones de dólares en 2024, posicionándolo como el tercer mercado más relevante de la región, detrás de Brasil y México. El 95 % de los adultos ya tiene una cuenta bancaria y el 88 % ha comprado en línea, lo que muestra una digitalización avanzada, pero también un entorno atractivo para ciberdelincuentes.
El estudio estima que el fraude online puede representar hasta el 1.9 % de los ingresos de una tienda virtual, considerando tanto el fraude consumado (chargebacks) como los costos de prevención. En contraste, los clientes de Koin operan con tasas de fraude de solo 0.10 % y un índice de rechazo de apenas 1.5 %, lo que permite una mejora sustancial en conversión y rentabilidad.
Los efectos de este “costo invisible” son contundentes: reducir el fraude a la mitad puede aumentar el EBITDA hasta en un 30 %, y mejorar la conversión en 5 puntos porcentuales puede incrementar la rentabilidad hasta un 50 %.
“Muchas plataformas antifraude están mal calibradas: rechazan operaciones legítimas, afectan la experiencia del usuario y frenan las ventas. Nuestra tecnología está enfocada en identificar perfiles positivos, no solo detectar amenazas”, explicó Dieter Spangenberg, Chief Fraud Officer de Koin.
El estudio también revela la existencia de redes delictivas organizadas, donde algunos actores venden bases de datos por 5 USD, otros ejecutan compras con tarjetas robadas y terceros revenden productos con hasta 50 % de descuento. Aunque el foco está en tarjetas de crédito (51 % de las transacciones), también crece el fraude en métodos instantáneos como Pix en Brasil, anticipando amenazas similares en la región.
Koin también se especializa en la detección de fraude en pagos instantáneos, trayendo a Colombia toda la experiencia adquirida en Brasil con Pix, donde este método ya representa más del 35 % de los pagos online. Su diferencial no está en el medio de pago, sino en modelos que aprenden del comportamiento y perfil del cliente. Esto permite anticipar amenazas, proteger transacciones en tiempo real y maximizar la aceptación, incluso en entornos de alto riesgo.
Muchas pérdidas no provienen del fraude en sí, sino de transacciones legítimas que son rechazadas. La clave es aplicar modelos antifraude con aprendizaje automático que se adapten al tipo de comercio, segmento y comportamiento del consumidor. Koin opera con una base de datos de más de 10 años y ajusta sus algoritmos para minimizar falsos positivos, maximizar aceptación y potenciar ingresos.
“El desafío no es solo detectar al estafador, sino validar de forma silenciosa y precisa la identidad digital de los compradores legítimos. Nuestro objetivo es asegurar una experiencia sin fricción, en la que el cliente real no se sienta observado ni interrumpido. Eso es lo que define a una plataforma antifraude moderna y centrada en la conversión”, concluyó Spangenberg.